Paloterapia le llaman. En redes sociales se está convirtiendo en cosa común el difundir, aplaudir y hasta incitar el mal llamado ‘ajusticiamiento’ a los delincuentes, como una forma de obtener cierto nivel de justicia ante cualquier delito del que una persona o grupo de personas haya podido ser víctima.

Pero cuidado, en medio de tanta inseguridad que vive el Ecuador, a más de conllevar a incrementar el nivel de violencia, esta es una forma en extremo peligrosa de querer dar una lección a los delincuentes.

Que los barrios se organicen para protegerse está bien, siempre en coordinación con la Policía. Pero si caemos en el mismo nivel de violencia que tanto cuestionamos podrían ocurrir casos que terminarían por germinar acciones ilícitas, dañándonos como familia y sociedad.

Y también está la contraparte, pues los propios delincuentes pueden comenzar a actuar con mayor violencia, como retaliación y una forma de amedrentar a quienes reaccionan contra ellos. Y esto podría salirse de las manos, porque se generaría una espiral de violencia injustificada entre buenos y malos.

Y claro, todo queda entonces en manos de fiscales y jueces, que deben dejar de ser tan ‘delicados’ en su trabajo y actuar con dureza contra la delincuencia común y organizada.