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Editorial: Salario, un suspiro en el bolsillo

Entramos en el ‘tira y jala’ de todos los años entre empresarios y trabajadores para fijar el salario básico para el 2024. Y como todos los noviembres, son pocas las expectativas en el sector laboral de alcanzar un incremento importante que acorte la brecha entre los 450 dólares actuales de sueldo mensual ante los $ 751 de la canasta de alimentos, cifra fijada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

Los análisis técnicos en los que se basan los representantes de los empleadores para definir el salario básico son ‘duros’ y, en muchos casos, alejados de la realidad económica de las familias que solo viven -o sobreviven- del ingreso de una persona, que hace malabares para estirar el billete y que alcance hasta fin de mes. Dato para alarmarse: ocho de cada diez familias no logran cubrir el costo de la canasta básica.

Pero también es cierto que resulta un golpe para el sector privado, ya que debe asumir los incrementos, así sean ‘puchitos’, en un escenario desfavorable, porque la inseguridad ha impedido la reactivación económica.

Sin mejoras en la productividad, desempleo y crecimiento económico, todo lo que se pueda alcanzar en la mesa de negociación será un suspiro en el bolsillo o billetera de los trabajadores.