Hemos llegado hoy, domingo 7 de febrero del 2021, a la tan esperada ‘hora cero’, es decir la fecha en la que el pueblo ecuatoriano acudirá a las urnas a depositar sus votos para elegir a quienes a partir del próximo mes de mayo pasarán a formar parte de las más altas dignidades de los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Sin duda alguna, el proceso que culminará tras la realización de los escrutinios y la entrega de los resultados del pronunciamiento de la voluntad popular, ha sido en esta ocasión uno de los más complejos en lo que va de la historia del Ecuador. Y es que han tenido que resolverse graves problemas, sobre todo las diferencias y confrontaciones entre los dos organismos electorales: el CNE y el TCE, que felizmente pudieron ser superadas sin alterar el calendario electoral que se había establecido.
Este proceso electoral, por desgracia, se ha llevado a cabo conjuntamente con la nociva presencia del coronavirus, que en Ecuador, como en el resto de los países del mundo, paralizó muchas actividades públicas y privadas, con costosas pérdidas económicas y de miles de vidas humanas, situación que ha hecho temer al CNE que muchos de los ciudadanos empadronados no quieran o no puedan cumplir con su deber cívico por temor a formar parte de las largas ‘colas’, en las que podría no observarse el necesario distanciamiento social que se ha establecido para evitar más contagios.
Este proceso electoral, por desgracia, se ha llevado a cabo conjuntamente con la nociva presencia del coronavirus, que en Ecuador, como en el resto de los países del mundo, paralizó muchas actividades públicas y privadas, con costosas pérdidas económicas y de miles de vidas humanas, situación que ha hecho temer al CNE que muchos de los ciudadanos empadronados no quieran o no puedan cumplir con su deber cívico por temor a formar parte de las largas ‘colas’, en las que podría no observarse el necesario distanciamiento social que se ha establecido para evitar más contagios.