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Opinión

Informalidad y violencia

Así que, todos, a poner de su parte por una ciudad mejor. Ah, por cierto, hay que repensar: ¿a dónde se van todos esos informales? ¿Qué se hará para ayudarlos?

Intenciones buenas, que aplauden todos; acciones violentas y a veces arbitrarias que rechazan también todos. Entre esos dos puntos se vive ahora el trabajo delMunicipio de Guayaquil, con sus agentes metropolitanos tratando de evitar que la informalidad se tome en sus manos la ciudad.

El objetivo ha sido respaldado por la ciudadanía, pues ocurre que los informales se habían adueñado de gran parte de la Bahía porteña, incluso guardando su mercadería en los baños públicos, afectando el paso de peatones en las veredas y colocando sus ‘locales’ ambulantes donde les daba la gana. Ocurre igual en toda la zona comercial de la urbe. Y esto se amplía a otras avenidas de la zona norte y sur de la urbe.

Pero en su intento de ‘sanear’ calles y veredas, la ciudadanía ha sido testigo de enfrentamientos con los agentes metropolitanos, unas veces como respuesta agresiva de los informales, otras por el accionar descabellado y violento de los uniformados que, escudados en su obligación, han actuado de manera excesiva.

Arrojar la comida de unos vendedores informales es un insulto, tanto como caerle a pedradas a quienes solo intentan cumplir la normativa. Así que, todos, a poner de su parte por una ciudad mejor. Ah, por cierto, hay que repensar: ¿a dónde se van todos esos informales? ¿Qué se hará para ayudarlos?