Editorial: Menos palabras y más acción
Un año de gestión y todo lo ofrecido no camina. Quito y Guayaquil enfrentan una crisis latente en materia de movilidad urbana. La congestión en las calles, el transporte público ineficiente y la falta de infraestructura adecuada para peatones y ciclistas son solo algunos de los aspectos de esta crisis latente que impacta negativamente la calidad de vida de los ciudadanos a diario.
La movilidad urbana no se limita simplemente a desplazarse de un lugar a otro; es un pilar fundamental del desarrollo urbano sostenible y del bienestar de la población. Sin embargo, las administraciones municipales tienen una deuda pendiente en este aspecto, lo cual es alarmante.
En Guayaquil, por ejemplo, los buses de la metrovía están en condiciones lamentables, algunos incluso han sufrido incendios debido a fallos mecánicos; los usuarios enfrentan robos dentro de las unidades, y una troncal ha dejado de operar. En Quito, el sistema de transporte convencional no ha sido reestructurado y aún faltan carriles exclusivos para buses. La implementación de un sistema integrado, eficiente y seguro, sigue siendo una promesa incumplida.
Es necesario que las autoridades municipales asuman su responsabilidad y adopten medidas decididas para mejorar el transporte público, optimizar la infraestructura vial y garantizar la seguridad de todos los usuarios de las vías. Es hora de pasar de las palabras a la acción y trabajar en beneficio de los ciudadanos.