Editorial: De solución a ‘perro’ problema
Crear un mecanismo para ordenar la posesión de mascotas es un propósito encomiable y necesario tras el último ataque a un menor de edad. Es precisamente ese el objetivo de la nueva normativa que ha puesto en rigor el Municipio de Quito y que busca que todas las mascotas estén registradas. La idea también es tener un censo de sus propietarios para que sean responsables de su tenencia.
Pero preocupa, sin embargo, que la norma termine siendo inaplicable. Según la ordenanza, todo dueño de mascota deberá registrarla y para eso necesita, entre otras cosas, pagar por un microchip de identificación y por la esterilización del animal. Además, deberá tener un correo electrónico y crear una cuenta en el sistema municipal. Si no cumple con este registro, el propietario tendrá que pagar una multa de 450 dólares.
Evidentemente, todo esto exige cierta capacidad económica y de conexión digital que difícilmente habrá en las zonas marginales de la capital, donde se concentra la mayor parte de los perros callejeros y de su problemática.
El riesgo es que la norma no sea aplicable y que quienes no puedan cumplir con estos requisitos prefieran abandonar a sus animales.