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Opinión

Es ahora o nunca

Hace poco se realizó en Quito la boda del hijo del vicepresidente de la República, Alfredo Borrero, con una modelo internacional, la cual nos puso en boca de todos, por su magnitud y pomposidad, noticieros nacionales e internacionales y programas de farándula de distintas partes del mundo. Y pese a las críticas que pudo generar la organización de dicho matrimonio, algunos vieron en este evento la oportunidad de reactivación del sector turístico del país, que tantos golpes ha recibido por la permanencia del coronavirus en el país.

Pero como en la casa del pobre la felicidad dura poco, esta semana la embajada de Estados Unidos en Ecuador hizo un llamado a sus conciudadanos para que se cuiden de la ola de violencia que azota a Guayaquil y eviten transitar por las zonas conflictivas, alegando que no se trata solamente de bandas nacionales las que generan temor en la urbe, también grupos criminales internacionales, como si en la ‘Yoni’ reinara la paz.

Ojalá que tal llamado de alerta no frene el despertar del turismo y que el Gobierno destierre con fuerza a las organizaciones criminales que libran una sangrienta guerra en las calles del Puerto Principal, para que los visitantes extranjeros y nacionales puedan volver a transitar con tranquilidad por sitios emblemáticos de la ciudad, que están secuestrados por mafias, porque unos cuantos tanques recorriendo el sur y norte no serán suficiente para sanear de tantas ‘fichitas’ a la Perla del Pacífico. ¡Es ahora o nunca!