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Opinión

Editorial: ¿Y después del estado de excepción?

La declaratoria de conflicto interno armado y la presencia de las Fuerzas Armadas en la lucha contra las organizaciones terroristas han devuelto, de a poco, la tranquilidad a los ecuatorianos, pero no a todos. Un caso preocupante es el del cantón Quevedo, en Los Ríos, como este Diario publicó en la edición de este domingo 28 de enero.

En esta localidad productiva y comercial, ni los operativos en conjunto entre militares y policías han generado la confianza necesaria para que sus habitantes vuelvan a las calles sin temor, que los negocios retomen su dinámica y que los centros turísticos y de esparcimiento vuelvan a abrir sus puertas para recibir a locales y foráneos. Todo lo contrario, más bien, es una ciudad estancada por el pánico a las represalias que puedan tomar los delincuentes en cuanto acabe el estado de excepción decretado por el Gobierno.

A diferencia de otras ciudades que ya retomaron la normalidad en sus actividades, el sector comercial de Quevedo sigue registrando pérdidas económicas, debido al cierre de negocios, por robos, secuestros y extorsiones. Con este escenario es difícil que esta localidad pueda levantarse, ya que sigue en manos de criminales.

Esta es una alerta para el Gobierno, porque la amenaza sigue latente, pero de forma silenciosa. Sin seguridad permanente no habrá reactivación económica. Ese es el siguiente desafío.