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Opinión

Robos y más robos a pescadores

Los pescadores de la zona del Guayas, que realizan esta actividad de manera artesanal, se encuentran a la ‘buena de Dios’ cuando zarpan. El Golfo de Guayaquil les regala la oportunidad de recolectar variedad de pesca a lo largo de una ruta llena de piratas desalmados.

En el golfo merodean estos personajes despiadados que se esconden entre los manglares. En el mar asaltan a pequeñas embarcaciones y le quitan su pesca.

Estos piratas, que andan en grupos de 3 a 5 personas, siempre están armados, navegando en pequeñas lanchas aparentando ser pescadores. En muchas ocasiones ha existido resistencia por parte de los afectados, provocando la ira de los antisociales que, sin pensarlo dos veces, jalan del gatillo.

Muertes y robos ocurren a diario en estas partes del Golfo donde no llegan los elementos de seguridad de la capitanía de Guayaquil o de la Armada del Ecuador debido a la gran extensión que conforma esta ruta náutica.

Los afectados, por lo general, pactan con los mismos piratas para negociar sus propios bienes robados y evitar amenazas de muerte.

Se debería reestructurar un nuevo plan integral de seguridad náutica que permita desmantelar todas estas redes de grupos violentos en pro de la seguridad de miles de familias que viven de estas actividades.