¡Una paz decapitada!
EXTRA lo advirtió en su momento: es una paz pegada con baba. Eso fue en mayo pasado, cuando la Comisión de Pacificación anunciaba, entre bombos y platillos, que tras cinco meses de diálogos y decenas de muertos, muchos de ellos decapitados y descuartizados, ‘por fin’ se firmaba un acuerdo de paz entre cuatro organizaciones criminales que operan a sus anchas tanto dentro como fuera de las prisiones de Ecuador: Lobos, Chone Killers, Tiguerones y Latin King.
Dos meses apenas duró esa mal llamada paz. El padre Luis Barrios, quien fue parte de esa comisión, se retiró luego del informe, advirtiendo que durante todo el tiempo en que trabajaron no se logró el objetivo final: dar los primeros pasos hacia una pacificación verdadera.
Pero por esas cosas raras del destino vino la protesta indígena y la calma en las cárceles. En 18 días no se habló de muertos ni ataques en las prisiones. Extraño pero real.
Y una vez que terminó el paro, en redes sociales y en la calle, la gente de a pie decía que “vuelve la normalidad” al país. Lo ‘normal’ hoy son los asesinatos en las calles a cualquier hora y donde sea, y las masacres carcelarias sin piedad alguna. A fin de cuentas, ambas conectadas por la lucha de poder por el control del narcotráfico, en un país donde se brinda y celebra cualquier paz pegada con baba.