El incumplimiento de las promesas de campaña y la falta de resultados en la lucha contra la inseguridad le pasaron factura en las urnas al presidente Daniel Noboa. Esa fue la opinión generalizada de la ciudadanía, una vez que se confirmó el revés electoral en las cuatro preguntas de la consulta popular de ayer.

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Los guayaquileños expresaron que más que un voto negativo a las preguntas, este fue un rechazo al primer mandatario, pues consideran que él no ha gobernado para las mayorías, sino para los grupos económicos a quienes su familia representa.

“El pueblo ha hablado, que se ponga a trabajar. En el rechazo influyeron la falta de cumplimiento de promesas como no eliminar subsidios, lo cual terminó haciendo, y la percepción de que la actual Constitución fue suficiente para ciertos temas de seguridad como la disputa y persecución contra indígenas durante las protestas, pero que no para hacer lo mismo contra los grupos de delincuencia organizada (GDO)”, consideró Hugo Hernández, habitante de Chongón, popular sector al oeste de la ciudad.

Resultado fue un castigo a la gestión del Gobierno

Y añadió: “Eso de decir que primero voten a favor y luego se veía qué se modificaba en la nueva Constitución, generó incertidumbre y desconfianza. También las declaraciones de ministros sobre la eliminación de los ‘décimos’ (decimotercero y decimocuarto) sueldos y la educación gratuita terminaron jugando en contra de la campaña por el Sí”.

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Otros ciudadanos partidarios del Gobierno, en cambio, opinaron que el resultado es producto de campañas maliciosas de desinformación. “Muchos se dejaron llevar por rumores y no se informaron a profundidad sobre el contenido de las preguntas. El resultado fue más por rechazo al Gobierno que por un análisis de los beneficios”, dijo Adriana Zúñiga, moradora de Puerto Santa Ana, una de las zonas más exclusivas de la ciudad.

Mientras que para Daniel Rosado, habitante de La Aurora (cantónDaule) esto fue consecuencia de una mala estrategia política y comunicacional. “Fue una forma de castigar medidas económicas con las que el pueblo no está contento, como la subida del IVA (Impuesto al Valor Agregado) y la eliminación de los subsidios. Tampoco era momento de ponerse a medir fuerzas con la oposición, sabiendo que esta tenía tantos puntos para explotar en su contra”.

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