El 16 de noviembre de 2025, más de 13.9 millones de ecuatorianos están convocados a las urnas para votar en tres preguntas de referéndum y una de consulta popular, según lo informado por el Consejo Nacional Electoral (CNE). 

Aunque se utilizará una única papeleta, esta estará diferenciada por colores: celeste para el referéndum y naranja para la consulta. Es importante destacar que ambos mecanismos son diferentes en su alcance y efectos jurídicos.

El referéndum es un mecanismo de democracia directa que permite a los ciudadanos aprobar o rechazar reformas específicas en la Constitución. Los resultados son inmediatos y vinculantes; si la mayoría vota “sí”, los cambios se incorporan al texto constitucional sin necesidad de un proceso legislativo adicional. Este mecanismo se utiliza para modificaciones puntuales en la estructura del Estado.

La consulta popular, por el contrario, no modifica directamente la Constitución. Su finalidad es habilitar o rechazar decisiones de política pública o procesos posteriores, como la convocatoria a una Asamblea Constituyente. El voto en este caso representa un mandato político que debe ser cumplido por las autoridades, pero no implica un cambio automático en la Constitución. Su alcance es más amplio y puede generar debates sobre el futuro del país.

Las diferencias entre consulta popular y referéndum

Desde una perspectiva jurídica y política, la principal diferencia radica en el impacto de los resultados. El referéndum establece reformas específicas de aplicación inmediata, mientras que la consulta popular abre la posibilidad a procesos más amplios que requieren etapas adicionales.

Ambos mecanismos son evaluados previamente por la Corte Constitucional, que asegura la legalidad de las preguntas, pero sus naturalezas y consecuencias son distintas: el referéndum modifica la Constitución, mientras que la consulta guía el futuro político.

​​Las tres preguntas del referéndum

Según la información oficial del CNE, las tres preguntas de referéndum que se votarán son las siguientes:

1. Bases militares extranjeras: ¿Está usted de acuerdo con eliminar la prohibición constitucional de establecer bases militares extranjeras o instalaciones con fines militares en territorio ecuatoriano?
2. Financiamiento político: ¿Está usted de acuerdo con eliminar el aporte estatal a las organizaciones políticas?
3. Número de asambleístas: ¿Está usted de acuerdo con reducir el número de asambleístas en la Asamblea Nacional?

Estas preguntas, al formar parte de un referéndum, tienen un efecto directo en la Constitución de 2008. Si la mayoría vota “sí”, las reformas se incorporarán automáticamente al texto constitucional, sin necesidad de un proceso legislativo adicional.

​​La pregunta de la consulta popular

En la misma papeleta, en un bloque de color naranja, se presenta la única pregunta de consulta popular:

• Asamblea Constituyente: ¿Está usted de acuerdo con que se convoque a una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución vigente desde 2008?

A diferencia del referéndum, esta pregunta no implica una modificación directa de la Constitución. Su objetivo es habilitar un proceso político posterior: la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que tendrá la capacidad de redactar y aprobar un nuevo texto constitucional o realizar reformas significativas.

El impacto de esta pregunta es, por lo tanto, más amplio y a largo plazo. Mientras el referéndum busca cambios puntuales, la consulta puede dar inicio a una transformación estructural del marco jurídico y político del país.

​​Un proceso con impacto en el futuro del país

Los resultados del referéndum podrían redefinir la estructura del Estado y el sistema político, mientras que la consulta popular podría facilitar un proceso constituyente de gran magnitud. En ambos casos, el voto ciudadano será crucial para determinar el futuro institucional del Ecuador.

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