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Catedral de Daule: Indulgencia plenaria y devoción al Señor de los Milagros
Entre rezos se recuerdan los milagros atribuidos desde hace más de tres siglos
Es la tarde del viernes y en la Catedral de la ciudad de Daule, provincia del Guayas, se iniciaron los rezos del Santo Viacrucis, en este tiempo de Cuaresma, periodo de ayuno, penitencia y oración. Así, en esta tradicional casa de oración guayasense, invitan a los creyentes católicos a profundizar en la fe y a reflexionar sobre la Pasión de Cristo, hasta llegar a la Semana Santa.
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En medio de las oraciones y meditaciones sobre el amor y sacrificio de quien fue crucificado hace más de dos milenios, se informa que a esta catedral dauleña también se puede peregrinar para ganar la indulgencia plenaria en este Jubileo de la Esperanza 2025.
El obispo de la Diócesis de Daule (creada en febrero de 2022), monseñor Cristóbal Kudlawiec, decretó que esta iglesia, ubicada en la calle Simón Bolívar y Malecón 26 de Noviembre, en Daule, sea una de las iglesias jubilares para este Año Santo. Los otros templos seleccionados son: el Santuario Nacional Santa Narcisa de Jesús (cantón Nobol), parroquia San Alberto Magno (La Aurora), parroquia Santa Rosa de Lima (cantón Colimes) y Nuestra Señora de Fátima (cantón El Empalme).
El Año Jubilar es el tiempo en el cual la iglesia concede gracias espirituales como las indulgencias. Cruzar por las puertas santas de los templos seleccionados simboliza el paso a una nueva vida, a un camino de conversión y renovación espiritual.
Los fieles podrán ganar la indulgencia plenaria, el perdón de los pecados, al participar en misa, confesarse y rezar frente al Sagrario en estos templos mencionados.

Un Cristo milagroso de más de tres siglos
Este templo dauleño, ubicado frente al parque y cerca del caudaloso río, que guarda la tradición del pueblo, se originó en una modesta capilla, establecida en 1650.
En 1894, el templo de madera tenía una torre que terminaba en una forma de pirámide y su cruz. La actual edificación posee una torre de cuatro lados, y con los cambios en el transcurso del tiempo ha sido el reflejo de la devoción al Cristo crucificado de color negro, tallado en madera, el afamado Señor de Los Milagros o Cristo Negro, una figura patrimonial.

Esta es una de las imágenes más emblemáticas y a la que se atribuyen prodigiosas gracias. Su devoción, según está grabado en el templo, surgió por la curación de la visión de su propietario, un hacendado español, quien ofreció difundir su creencia y mandó a reconstruir la efigie.
Sobre su cambio de color también es una leyenda conocida por sus innumerables devotos. Sucedió después de que un esclavo negro fue azotado por haber tocado la representación.
Son más de tres siglos y medio que el Cristo Negro sigue en silencio escuchando los ruegos de sus devotos que suelen llegar de forma masiva en estos días de Cuaresma, en los que rezan el Vía Crucis y se alistan para la tradicional procesión.
Esta representación también es admirada masivamente durante sus fiestas patronales, en cada septiembre, cuando le hacen novena y la llevan en procesión por el río, como se lo hacía en la antigüedad.
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