Durante meses, el nombre de Michael Yosimar Castillo Quiñónez estuvo entre los más buscados en Esmeraldas. Tres órdenes de detenciones por asesinato y una alerta roja de Interpol, lo señalaban como un tipo peligroso, pero él usaba otra identidad, lo que le permitió evadir a la Policía en al menos dos ocasiones.

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El sospechoso se hacía llamar Fricson Kevin Castillo Quiñónez, como su hermano, de 19 años, sin antecedentes en registros policiales. Sin embargo, su astucia no le permitió durar mucho tiempo en libertad.

Castillo fue capturado cuando viajó desde Esmeraldas hasta la provincia de Manabí con un propósito concreto: cobrar una suma de dinero, producto de intimidaciones y amenazas.

Según el jefe policial del distrito Manta, coronel Jaime Salgado, el hombre fue sorprendido en el cantón Jaramijó durante un operativo de seguimiento contra delitos de extorsión, en una casa del sector Nuevo Reasentamiento donde presionaba a un ciudadano con amenazas de muerte para que pague. Lo acompañaban otros dos sujetos.

La falsedad quedó al descubierto

Castillo intentó su conocida táctica: presentó la cédula de su hermano menor; pero en la audiencia, peritos del Registro Civil y de Criminalística cotejaron sus huellas y confirmaron su verdadera identidad.

El hombre que había tratado de pasar inadvertido con otra identidad resultó ser el cabecilla de crímenes cometidos en Esmeraldas. En junio de 2024 estuvo detenido en la cárcel de Bahía de Caráquez, pero recuperó su libertad gracias a la confusión de nombres que él mismo había provocado. Desde entonces, las autoridades intensificaron su búsqueda.

Ahora, Michael Yosimar Castillo Quiñónez enfrenta a la justicia no solo por los asesinatos que lo convirtieron en el más buscado de la provincia esmeraldeña, sino también por los delitos cometidos en Manabí y por el intento reiterado de engañar con documentos falsos.

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