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En el recinto Las Brisas de la parroquia La Unión, en Atacames, encontraron a un vecino que estaba desaparecido. Esta ahogado.Luis Cheme / EXTRA y cortesía

Tragedia en parroquia La Unión: Comunidad llora vecino desaparecido en el río

Buscaban a Tito Vergara Quiñónez y él fue arrastrado por el agua cerca de su hogar

Por seis días, en el recinto Las Brisas de la parroquia La Unión, en Atacames, provincia de Esmeraldas, se vivió entre la esperanza y el dolor. La familia de Tito Vergara Quiñónez se resistía a aceptar lo inevitable. El hombre que todos conocían, el vecino tranquilo, el tío amable, fue arrastrado por la corriente y su cuerpo fue hallado este fin de semana. Estaba atrapado entre una maraña de palos.

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"Yo solo quería abrazarlo una vez más. Aunque sea una vez más", dice conmocionada Yanela Vilela, su sobrina, quien lideró desde el primer día la búsqueda en redes sociales y en la comunidad. Fue ella quien anunció la tragedia a través de su cuenta.

Tito tenía 47 años. Era electricista, padre, hermano y amigo. Vivía solo en una pequeña casa a pocos metros del río. Era un hombre callado, pero servicial. El lunes12 de mayo de 2025, él salió como siempre por la mañana. Nadie lo vio volver. Dos días después, sus familiares, preocupados por su silencio, entraron a su casa: el celular estaba sobre la mesa, las luces apagadas, todo en su sitio, menos él.

"Lo primero que pensé fue que algo malo había pasado. Tito no era de irse sin avisar," recuerda su hermana Rosa.

Una grabación dio pistas de su desaparición

Las cámaras de seguridad de una vivienda cercana despejaron las dudas. En las imágenes se ve a Tito acercándose al borde del afluente. Un paso en falso. Un resbalón y cae. Luego, nada. Su familia llamó a los bomberos, a la policía, a quien quisiera ayudar.

Durante seis días, buzos del Cuerpo de Bomberos de Atacames y de Esmeraldas recorrieron el río con linternas, ganchos y redes. La corriente era fuerte, inestable. En cada jornada terminaban con las manos vacías y el alma más pesada.

"Tuvimos que contener a su madre cada día. Ella salía al camino con la esperanza de que apareciera vivo. Le decíamos que fuera fuerte, pero ¿cómo se le pide fuerza a una madre?", cuenta con ojos enrojecidos Carlos Fuente, un amigo de infancia de Tito.

Cuerpo estaba entre palizada

Los vecinos se sumaron con machetes para abrir senderos en la maleza, también con motores y canaletes para mover botes. La comunidad de Las Brisas se unió como pocas veces se ha visto. Incluso pescadores artesanales ofrecieron su ayuda para rastrear la desembocadura del río, temiendo que el cuerpo hubiese llegado hasta el mar.

Pero cerca del mismo sitio donde desapareció, lo encontraron. Su cuerpo, hinchado por los días en el agua, yacía entre ramas en la orilla. "Se nos fue Tito. No lo merecía. Era un hombre bueno. A mí me ayudó a arreglar mi casa cuando se cayó una pared y no quiso cobrarme nada", dice doña Mercedes Montalvo, una vecina que llegó al velorio con una vela y los ojos llenos de lágrimas.

La familia publicó un comunicado agradeciendo a todos quienes, de una u otra forma, aportaron a la búsqueda. Mencionaron a los bomberos, a la Prefectura de Esmeraldas, a la Alcaldía de Atacames, a la DINASED, a la prensa y a la ciudadanía. Pero, sobre todo, agradecieron a quienes no se rindieron, quienes creyeron hasta el final.

El cuerpo de Tito fue sepultado este domingo 18 de mayo en el cementerio del recinto, en medio de un silencio que duele más que el ruido del río, de la conmoción de sus parientes. No había palabras para brindarles consuelo.

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