Tumbaco: expectativas y temores por nueva plaza comercial en el centro
La obra de 6.000 m² con 43 locales y 175 parqueaderos despierta expectativas económicas, pero también inquietud por el tráfico en Tumbaco
La nueva plaza comercial en Tumbaco genera expectativa y preocupación por el impacto en la movilidad y el espacio público.
La apertura de un proyecto comercial en el centro de Tumbaco, al oriente de Quito, ha provocado entusiasmo y también ciertas preocupaciones entre los vecinos.
La obra se sitúa en la intersección de la avenida Interoceánica con la calle Juan Montalvo, una zona caracterizada por intenso tráfico vehicular, numerosos comercios formales e informales y escasa movilidad para los peatones.
Los residentes advierten que la apertura de este complejo podría agravar la congestión existente y complicar aún más la circulación en un sector que ya presenta dificultades significativas. La preocupación se centra en cómo se manejará el aumento de personas y vehículos que acompañará la operación de la plaza.
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Calles saturadas y desafíos para los peatones
Caminar por la calle Juan Montalvo se ha vuelto un reto diario. Comerciantes informales ocupan buena parte de las aceras, obligando a los peatones a descender a la calzada y compartir espacio con los vehículos. En horas pico, recorrer apenas tres cuadras puede tomar hasta media hora, según los vecinos.
Ante este panorama, los moradores realizaron un plantón semanas atrás para exigir que se presente un plan de movilidad que acompañe la puesta en marcha de la plaza.
“Es una zona que ya es conflictiva y caótica en cuanto al tránsito”, señaló Azucena López, presidenta del barrio La Dolorosa, quien agregó que las mesas de trabajo con la empresa promotora y la Administración Zonal aún no han dado resultados claros sobre este plan.
Hasta la tranquilidad que había para cruzar las calles han perdido los residentes.
Características del nuevo proyecto
La propiedad en la que se erige la plaza contaba con un supermercado, aunque la ampliación del proyecto llevó el total de metros cuadrados edificados a 6.000, destinando la mitad a locales comerciales.
La infraestructura contempla 43 locales, 175 parqueaderos y una plaza con oferta gastronómica, lo que anticipa un incremento notable del flujo de personas y vehículos.
Vecinos como Carmen Llerena comentan que la magnitud del proyecto fue una sorpresa al concluir la obra, iniciada en 2024. “Nunca hubo claridad de lo que realmente se iba a construir. Ahora vemos que es gigante, no es una simple plaza como se decía al inicio”, indicó, preocupada también por el impacto sobre los pequeños comercios tradicionales.
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Inquietud por movilidad y seguridad vial
Entre los problemas señalados por los moradores figura la congestión en el cruce de Juan Montalvo y Oswaldo Guayasamín, donde las aceras se estrechan a solo 30 centímetros y el espacio restante es ocupado por vendedores informales y taxis.
Los vecinos también cuestionan el incumplimiento del bulevar peatonal de cinco metros contemplado en el plan original, ya que se levantó un muro y las aceras permanecen estrechas. Freddy Ayala y Nathaly Andrade coinciden en que la infraestructura de alto impacto aumenta el riesgo de siniestros de tránsito y contaminación, además de agravar el colapso vial existente.
La visión de la empresa promotora
Desde el grupo BARPA, Érika Vaca, vocera del proyecto, asegura que la plaza cumple con toda la normativa vigente y que los problemas de movilidad no son responsabilidad de la infraestructura, sino de la falta de medidas correctivas de las autoridades competentes.
La empresa sostiene que se han habilitado los parqueaderos necesarios y los accesos adecuados.
Según Vaca, la plaza ha generado alrededor de 3.000 puestos de trabajo directos e indirectos y ha impulsado la economía local, incrementando la plusvalía de la zona; el grupo proyecta además la construcción de seis nuevas plazas comerciales hasta 2026, incluida otra en Pifo, dentro de Tumbaco.
Entre oportunidades y retos
Algunos residentes consideran que la plaza ofrece oportunidades para impulsar el empleo y dinamizar la zona, aunque destacan la necesidad de supervisar las ventas informales y garantizar que el crecimiento urbano se realice con una planificación que incluya movilidad, seguridad vial y espacios públicos adecuados.
La construcción evidencia un desafío recurrente en áreas de rápido crecimiento: cómo equilibrar la inversión y la generación de empleo con la calidad de vida de los habitantes y la sostenibilidad urbana. La coordinación entre autoridades, empresa promotora y comunidad será clave para que el proyecto cumpla su objetivo sin afectar negativamente al sector.