Según las estimaciones del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal de Esmeraldas, esa ciudad afrontará duros estragos y afectaciones a causa del fenómeno de El Niño entre los meses de mayo y junio.

Para Betto Estupiñán, director de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Alcaldía, las fuertes lluvias, deslizamientos de tierra y desbordamientos de ríos ocurridos en los últimos días serían “un abreboca” de lo que pasará luego.

Detalla que por eso, a nivel provincial, los municipios realizan limpiezas en calles, sumideros y cursos de agua obstruidos. En cantones como Quinindé, Atacames, San Lorenzo y Muisne se ejecutan capacitaciones y se prevé hacer simulacros para que El Niño no los tome desprevenidos. 

Carlos Villacreses, coordinador de Infraestructura de la Prefectura de Manabí, considera que ningún país de Sudamérica puede enfrentar una fuerza de la naturaleza de gran tamaño como se la prevé. Argumenta su tesis en que habría que construir obras con un período de retorno y una infraestructura suficientemente grande, por lo cual se transformarían en inejecutables por su costo.

Agrega que lo factible son las acciones de mitigación frente al fenómeno. “Eso es no construyendo en zonas con potencial de afectación, no botar basura en cauces para evitar taponamientos de quebradas y ríos”, refiere.

Según el funcionario, la Prefectura tiene un plan multiamenazas que está siendo socializado, e implica que los 22 cantones identifiquen las amenazas para disminuir la vulnerabilidad.

En la provincia de Los Ríos, el prefecto Johnny Terán asegura que, a excepción de la vía La Vitalia, donde colapsó el viaducto, no hay carreteras cerradas producto del fuerte temporal invernal.

“Colocaremos un puente provisional a unos 300 metros de donde cayó el primero. Estamos cambiando los diseños porque ese puente, destinado para el paso peatonal y de vehículos livianos, debe resistir el fenómeno de El Niño”, menciona.

Indica que tienen los recursos y la maquinaria para atender novedades. Se han presentado problemas con alcantarillas antiguas y las crecientes que bajan de la cordillera. Estas últimas aumentan el caudal de afluentes y rompen muros de contención. 

¿Quieres leer más contenido de calidad? Suscríbete aquí.