Exclusivo
Actualidad
Quito: Esto se sabe de la mujer que murió aplastada por bloques en Amaguaña
Esperaba el transporte cuando una volqueta se desvió de la carretera. Sus familiares y vecinos del barrio Cuendina piden mayor control vehicular.
En la esquina de la calle Sauces y la autopista General Rumiñahui, en Amaguaña, sur de Quito, quedaron los bloques que ‘mataron’ a Jenny Rodríguez Ñacato. Ella, según sus familiares, salió antes de la 06:00 de ayer con rumbo a su trabajo, cuando una volqueta, con placas XAI - 031 se viró encima de ella. “Lo peor es que el conductor se fugó”, dijo uno de ellos.
TE PUEDE INTERESAR: Quito: Camioneta de Policía chocó contra unidad del Trolebús en carril exclusivo
Los parientes estaban consternados por lo sucedido, por lo que solicitaron privacidad hasta terminar con los papeleos y el sepelio de Jenny, de 37 años, recién cumplidos el pasado 20 de enero. El Cuerpo de Bomberos de Quito informó que hasta el sitio llegaron cuatro efectivos para realizar labores de búsqueda y rescate de personas.
Cuando los rescatistas llegaron Jenny ya no tenía signos vitales, por lo que estabilizaron primero el camión y luego sacaron su cuerpo para ser llevado a Medicina Legal. La Agencia Metropolitana de Tránsito confirmó a medios de comunicación que en cuanto llegaron no se encontraba el conductor del vehículo pesado, que fue llevado a uno de los patios de retención vehicular.
- “¡VAN COMO LOCOS!”
En el barrio Cuendina ya no se sorprenden por este tipo de accidentes, pues se han vuelto casi cotidianos. “Los buses van a exceso de velocidad y por eso pasan estas cosas. Van correteando”, contó José Nasimba, uno de los moradores.
Los vecinos presumen, según lo que escucharon de testigos, que el camión evitó chocar con un autobús interparroquial y giró hacia la vereda, perdió el control por el peso y se viró sobre Jenny, una conocida vecina del sector.
“Ya hemos pedido que venga por aquí otra cooperativa, porque (estos) conducen peligrosamente. A mi nuera le hicieron caer del bus y no le ayudaron”, reclamó otra vecina que prefirió no identificarse por temor.
¿Quieres leer sin límites? ¡Suscríbete!