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Futbolista que dejó las canchas por un problema cardíaco ahora tiene un café en Cuenca
Ahora es entrenador de las menores de los rojos y en el 2007 todo cambió, pero en el 2023 dirige y emprende
Jerson Stacio, campeón con Deportivo Cuenca, dice que puede sonar extraño, pero la decisión de dejar el fútbol activo a los 30 años fue lo mejor que hizo. Y es que si seguía jugando, aclara, “ahora podría ser solo un feliz recuerdo”.
Stacio, volante de contención campeón del 2004, sigue su vida unida al fútbol, pero de dos diferentes matices: siendo entrenador del Deportivo Cuenca y ahora con el emprendimiento ‘Café de campeones’. En su local tiene la foto de la camiseta colorada, cuando por única vez dieron la vuelta olímpica.
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Cuando se habla de su retiro, dice que fue Dios quien lo ayudó para que se den cuenta que tenía una hipertrofia ventricular (engrosamiento de la pared de la cámara de bombeo principal del corazón).
Recuerda que fue en el 2007 cuando había llegado al Aucas. “Han pasado 17 años y pudo haber pasado lo peor, pero aquí estamos”, dice en agradecimiento a Dios.
Comenta que al inicio fue duro. Después de salir campeón llegó al Aucas en el 2007 con ganas de triunfar, pues su carrera estaba en el mejor nivel. Pero su problema en el corazón lo frenó todo.
Sigue en el fútbol
A finales del 2023 Stacio hizo una gira histórica como entrenador de la sub 17 del Deportivo Cuenca, por Estados Unidos: “Fue un mes y al equipo se unieron chicos de ese país; fue algo fabuloso, porque eso ayuda mucho para perder el miedo escénico y se mostró que hay talento”. Además, por cambio de DT dirigió varios partidos al equipo principal en LigaPro.
UN CAFECITO
Nacido en Ventanas, Los Ríos, el jugador hizo de Cuenca su casa, desde hace 3 años comenzó con su proyecto Café Expreso Austral, que en su empaque lleva la foto de los jugadores del Cuenca que se coronaron campeones en el 2004.
“Al inicio comenzó como la venta de café, luego unos amigos e hinchas me dijeron que estaba bien que lo venda, pero que debía tener una cafetería y en eso estamos, la idea es compartir un café en medio de la gente que nos gusta el fútbol”, dice Stacio.
En las tardes y noches deja la ropa de entrenamiento y se pone el delantal de cafetero en su cafetería (ubicada en Hermano Miguel y Juan Jaramillo, hotel Siena) en Cuenca.
Está claro en que su etapa de jugador le dejó buenos amigos y que la decisión de jugar de manera activa evitó que pueda morir en plena cancha.
Al inicio no lo entendía, pero luego las muertes de otros colegas por el mismo problema le llevaron a comprender que era un regalo de Dios. Así puede seguir disfrutando del fútbol como entrenador... con un buen café, eso sí.
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