El doble crimen registrado la madrugada del sábado 9 de agosto en una vivienda de dos plantas, ubicada en la urbanización Málaga 2, kilómetro 15 de la vía a Salitre, cantón Daule, quedó grabado en cámaras de seguridad.

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En la grabación se observa y escucha cómo cinco hombres armados con fusiles y pistolas ingresan a la habitación de una de las víctimas, quien dormía junto a su esposa, y lo apuntan con armas de grueso calibre.

Al inicio de la grabación se oyen disparos provenientes de la planta baja del inmueble. Luego, la pareja que descansaba en su cama se levanta asustada y se escucha a los atacantes gritar: “¡Al piso, al piso!”.

Fuera de la habitación, uno de los agresores ataca al hombre, quien se resiste diciendo que no ha hecho nada. Uno de los sujetos le ordena: “Camina, camina”. Mientras es apuntado, recibe el primer disparo. Otro atacante lo agarra de la pierna derecha, y otro dispara antes de que la mujer, que sostiene a un bebé en brazos, entre en la habitación junto a un joven.

Ya en el piso, el hombre es rematado, mientras la mujer sostiene a la bebé, que toma de la cama. La mujer grita: “¡Mi hija, mi hija!”, mientras los agresores profieren insultos.

Las víctimas fueron identificadas como Jairo Oswaldo Beltrán Betancourt, de 27 años, hallado sin vida en la planta baja junto a una mesa de billar; y Enrique Arturo Postes Romero, de 36, encontrado muerto en el segundo piso, sobre el piso de un dormitorio. Ambos presentaban múltiples impactos de bala. En la escena, la Policía levantó indicios balísticos y una grabadora digital de video.

Según el testimonio de personal de seguridad, alrededor de las 02:30, una camioneta negra ingresó al conjunto residencial. Tras unos diez minutos, el vehículo salió, pero cinco hombres encapuchados descendieron, amenazaron a los guardias con armas de fuego y les sustrajeron dos pistolas antes de huir.

La conviviente de Postes Romero relató que descansaban en su habitación cuando escucharon un fuerte golpe en la puerta. Minutos después, varios hombres armados irrumpieron exigiendo dinero, joyas y el teléfono celular de su pareja. También intentaron llevárselo por la fuerza, pero en medio del forcejeo uno de los atacantes le disparó.

Los criminales llevaban gorras y ropa oscura; uno de ellos portaba una mochila en la espalda.

Uno de los fallecidos sería miembro de la organización criminal Los Lagartos, que domina el sur de Guayaquil.

Preocupación y miedo

Residentes consultados denunciaron que la urbanización ha perdido la tranquilidad desde hace aproximadamente dos años, cuando comenzaron a llegar personas “de dudosa procedencia”. Afirman que junto a ellas ingresan individuos que no son residentes y entran y salen libremente del conjunto.

“Esto fue la crónica de una muerte anunciada: carros blindados, sin placas… Los guardias están, pero es como si no estuvieran; hacen lo que pueden, no sabemos si están amenazados o si forman parte de una banda. Esto se salió de las manos. Estoy angustiada, uno solo quiere vivir tranquilo”, expresó una moradora.

Otro vecino indicó que los atacantes amenazaron a los guardias de la garita y retiraron las cámaras de vigilancia de la entrada. “Un guardia llamó al ECU-911, pero la ayuda llegó tarde. Los hombres fueron directamente a la manzana 17, villa 1, donde mataron a dos personas. Ya hay personas de dudosa procedencia que ingresan al sector. Esto era algo que se veía venir: muchas motos circulando dentro de la urbanización, caos total. Pagamos nuestras casas con esfuerzo y no hay tranquilidad”, afirmó.

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