Con el comienzo de las clases, también llega el ‘corre-corre’ por la preparación de los estudiantes antes de iniciar la jornada diaria: mientras uno prepara el desayuno, otro se encarga del almuerzo, pero ¿quién se hace cargo del niño?

Este escenario suele darse en algunos hogares donde la división de tareas no ha sido discutida ni analizada en familia, lo que conlleva a que cada miembro desconozca cuáles son las responsabilidades que le corresponden.

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La psicóloga Paola Cercado sugiere que para lograr una distribución equitativa de las tareas es crucial mantener una comunicación abierta y clara. “Es esencial abordar este tema de manera colaborativa entre padres”, señala la experta.

Ceder ante las necesidades familiares también es un aspecto fundamental que debe prevalecer en la relación, sugiere Cercado, para evitar fracturas en cualquier aspecto.

Lo más importante es estar dispuestos a adaptarse y respaldarse mutuamente. “Si logran trabajar en equipo, no les resultará incómodo o molesto repartirse las tareas”, añade.

Entre las opciones que propone para lograr orden en las distintas labores del hogar (que se incrementan con el retorno a clases), está la de establecer un calendario. “En él se puede especificar de manera clara quién se encarga de cada cosa”, concluye.

Saber qué se hace y qué no

Conversar entre todos los integrantes de la familia es importante, y más aún para establecer qué tareas faltan por hacer.

Escribir es necesario

Para tener presente todo lo que debe realizarse es esencial crear un calendario o una lista de tareas compartidas y rotarlas regularmente para que todos se sientan involucrados y responsables en igual medida. Además, de ser el caso, anotar a quién le corresponde esa tarea.

Tiempos ‘disparejos’

Si en algún momento, al realizar tareas, uno está descansando y el otro no, intentar colaborar con aquella actividad, ya que el beneficio final será para el hogar y no el individual. Tener en cuenta también en qué tiempo deben estar listas las tareas para no causar algún roce.

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