Una de las medias de Eduardo Montenegro quedó cerca del arco de fútbol de una cancha de tierra del sector San Francisco de Miravalle, en el centro de Quito.

Los habitantes de esta zona lo colgaron de la estructura para lincharlo porque, supuestamente, es el responsable de violaciones a menores de edad y adultas mayores.

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La golpiza sucedió la mañana del jueves 2 de mayo. Roberto (nombre protegido) fue quien capturó a Montenegro, de 42 años. Mientras el morador se dirigía con su esposa a un terreno, vio que el tipo usaba la misma ropa de un presunto violador que fue filmado por las cámaras del barrio, el pasado 9 de abril.

Aquel día, una niña habría sido abusada sexualmente por un tipo que vestía una pantaloneta roja y una camiseta estampada de billetes.

Roberto le preguntó: “¿Quién eres? ¿Qué haces por aquí?”. Montenegro le respondió: “¿Cómo así?”. El morador le pidió la cédula y el sujeto no quiso entregársela.

En ese momento hubo un forcejeo entre los dos. Roberto intentó someterlo y le pidió a su esposa que alertara a los otros moradores por el chat comunitario. Un joven se acercó para ayudar al vecino y juntos arrojaron al suelo a Montenegro.

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Este intentó sacar un cuchillo para apuñalar a Roberto, pero la mujer se dio cuenta y ayudó a neutralizar al sospechoso. “Me pateó en el estómago el infeliz”.

Llegaron más habitantes y lo sometieron. Luego lo llevaron a una cancha de fútbol y lo colgaron de un arco. Le estaban pegando como a piñata hasta que llegó la Policía del sector y lo salvó de ser linchado.

El teniente coronel Francisco Hernández, jefe del Distrito Manuela Sáenz, indicó que mientras le llevaban a la Unidad de Flagrancia aparecieron dos señoras, quienes denunciaron que Montenegro habría violado a sus hijas. Una de ellas presentó la denuncia el 9 de abril.

Hernández señaló que este individuo sería un violador serial y que, al parecer, solía beber licor y consumir droga durante las noches para, al siguiente día, salir a ‘cazar’ a sus víctimas. “Tenía una mochila con paquetes de marihuana”.

Según información de la Policía Judicial, una de las formas en la que el detenido persuadía a sus víctimas era pedirles ayuda para grabar un video que subiría a TikTok.

Cuando las menores de edad accedían, el sujeto sacaba un cuchillo, las amenazaba y las llevaba a unos matorrales para cometer el delito.

La Fiscalía informó que en dos meses habría atentado contra 10 mujeres. Montenegro, al parecer, cometía las violaciones en los sectores de Monjas, Loma de Puengasí y Cochapamba.

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