Hacer ejercicio cuando la temperatura ambiental es elevada tiene ventajas y desventajas. Por un lado, el calor aumenta la sudoración, lo que ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y a promover una piel más limpia y saludable. Mejora la flexibilidad de los músculos y reduce el riesgo de lesiones durante el ejercicio.

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Sin embargo, hay que ser conscientes de las desventajas. El calor extremo puede provocar deshidratación y agotamiento si no se toman las precauciones adecuadas. Y existe la posibilidad de que el rendimiento disminuya debido a la fatiga causada por el calor, lo cual dificultará conseguir los objetivos del entrenamiento.

- Hidrátate constantemente. Bebe agua antes, durante y después del ejercicio. Opta por bebidas deportivas con electrolitos.

- Usa ropa ligera. Las de licra con tejidos inteligentes son ideales.

- No te olvides de usar protector solar en las zonas descubiertas.

- Se compasivo con tu cuerpo. Para tu rutina si sientes mareos o fatiga.

El especialista

Entrenar bajo el sol puede ser una experiencia interesante, pero hay que estar consciente de los riesgos (náuseas, vómito, taquicardia y más). Por eso, es preferible ejercitarse bajo sombra y en horarios en los que la radiación solar no sea tan intensa, además de siempre mantenerse hidratado. Es posible disfrutar de los beneficios del ejercicio al aire libre mientras se cuida de la salud y bienestar”. Santiago Caicedo II Médico general y máster en salud ocupacional

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