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Crónicas del cuarto rojo: Bendito autoplacer

Por supuesto que es importante siempre asesorarse con profesionales, ya que cada uno tiene necesidades diferentes

Cada uno tiene necesidades diferentes en cuanto al autoplacer.
Cada uno tiene necesidades diferentes en cuanto al autoplacer.Canva

Está clarísimo que el autoplacer o masturbación nos relaja de tensiones, nos ayuda a conocer nuestro cuerpo, nos mantiene conectadas con el placer, nos hace conocer nuestros puntos más sensibles y hasta sube nuestra autoestima. Eso ya lo sabemos de sobra, porque no solo la ciencia lo ha hecho saber, sino que también lo hemos experimentado.

(Lee además: Las cinco prácticas sexuales más peligrosas: ¿las conoce?)

Pero hay más a tener en cuenta, sobre esta práctica que nos hace ver estrellas; sobre todo para las que hemos atravesado un parto por embarazo. Entre ellos, los beneficios para el llamado suelo pélvico o pelvis.

Hace unos días fui a mi consulta con la ginecóloga, quien además es sexóloga, y me explicaba que este grupo de músculos, muchas veces ignorado, tiene un rol fundamental en nuestra sexualidad. Sostiene los órganos pélvicos (que incluye vejiga y uretra, útero y vagina). Y cuando estos músculos se debilitan, la intensidad de los orgasmos también disminuye.

Así que entre mis expectativas estaba recibir indicaciones de cómo hacer que luego de unos años eso no me pase factura.

lencería
El autoplacer es una manifestación de la sexualidad.archivo

Y entonces me habló de los ejercicios Kegel, que consiste básicamente en hacer contracciones y pueden ser especialmente beneficiosos para fortalecer los músculos de la pelvis, ya que ayudar a recuperar la fuerza, sobre todo después de haber tenido embarazos.

Pero el automasaje o masturbación también puede ser útil para trabajar esos músculos. Entonces, después de algunas indicaciones, me dijo: “Te recomiendo que, como parte de tu rutina, te provoques orgasmos dos o tres veces por semana”.

Me explicó que al haber masturbación y alcanzar el orgasmo, se trabajan los músculos que incluyen los ejercicios Kegel. “Tener una sesión de automasaje es la mejor gimnasia para el suelo pélvico”, me sugirió.

Atrás quedaron los tiempos en que esto era tabú. Actualmente, masturbarnos nos hace bien, tengamos o no pareja. Confieso que antes creía que solo a través de la penetración se llegaba al orgasmo, pero al contrario, el clítoris, si uno lo estimula, es más importante que cualquier otra cosa.

Por supuesto que es importante siempre asesorarse con profesionales, ya que cada uno tiene necesidades diferentes. Pero quise compartir las indicaciones tan placenteras que recibí. Una razón más para incorporar el autoplacer como un hábito en la rutina.

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