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Se llevaron 120 borregos y les cayeron a latigazos

La comunidad afectada les dio ‘cacería’. Sus fechorías la cometían con un vehículo que fueron obligados a quemar.

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Parte del castigo era deshacer del carro.Patricia Oleas.

“Perdón a mi Dios y a todos los presentes, de corazón, no lo volveremos hacer”, fueron las primeras declaraciones de dos personas a quienes se les aplicó la justicia indígena en la comunidad de San Juan de Paulla, en Punín Chimborazo, la tarde y noche del martes 5 de junio.

Cansados de los continuos robos de ganado, enseres y motos, los comuneros se habían organizado para realizar rondas desde hace tres meses.

La semana pasada identificaron un vehículo con el cual sustrajeron dos borregos, pero logró darse a la fuga.

Al regresar nuevamente para cometer fechorías, fueron retenidos dos hombres: un menor de edad y una mujer. La captura se realizó el pasado viernes y “para el proceso de juzgamiento, según el art. 171 de la Constitución que avala la justicia indígena, se reunieron 32 comunidades pertenecientes a los cantones Colta, Guamote y Riobamba”, indicó Tomás Daquilema, uno de los dirigentes.

Dentro del proceso de juzgamiento, que tomó cuatro días, los aprendidos habían reconocido su culpa, por lo que el consejo emitió la resolución de purificación y resarcimiento, que incluía la incineración del vehículo donde se transportaban.

Inicialmente, rodeados de aproximadamente 3.000 comuneros, fueron desnudados y colocados en el pecho un cartel que decía: “Ajusticiados por robo de ganado”.

Luego, debieron halar a los dos borregos por un camino de tierra y piedra por casi tres kilómetros hasta la plaza central de la parroquia. Ahí demostraron a los presentes cómo realizaban el robo del ganado.

Finalmente, ellos mismos le rociaron combustible y prendieron fuego a su vehículo, una camioneta roja y así terminar con el baño de agua helada y ortiga, junto a tres fuetazos en su cuerpo.

El proceso terminó con los consejos y oraciones de los taytas y ancianos.

Esto, a decir de Carmen Tiupul, dirigente de Cacha, es para liberarlos de la mala energía y darles una nueva oportunidad. “Dentro de la cosmovisión andina, la participación de los gobiernos comunitarios es para rehabilitar, restaurar y corregir a las personas que cometieron un delito”.

Los ajusticiados fueron entregados a sus familiares pero con la advertencia que si vuelven a reincidir el castigo será mucho más severo.

Datos

120 borregos serian los animales sustraídos a la comunidad por esta pareja.

“En la justicia indígena no se tortura, ni causar daño, solo Dios es dueño de la vida, pero sí se purifica con plantas sagradas”: Manuel Cepeda, dirigente de Columbe.