Con más simpatizantes que medios de comunicación, Pabel Muñoz, alcalde electo de Quito, dio las primeras directrices de su gestión la mañana del jueves 9 de febrero.

Allí habló de regularizar barrios masivamente, de ahora sí inaugurar el Metro de Quito y de instalar una mesa de inversiones, pero la gente tiene otras expectativas.

“Lo que me preocupa a mí es el partido político con el que viene el nuevo alcalde”, dijo Yein Infante, agente de turismo.

Para ella, que dice extrañar el Quito de hace algunos años “donde no había tanta inseguridad y el Centro Histórico era motivo de orgullo”, lo primordial es que las acciones de Muñoz se desliguen del correísmo.

“No estoy hablando a priori. Ha habido varios procesados por corrupción en ese movimiento y él (Muñoz) ha estado ahí mucho tiempo”, precisó.

Para ella, la prioridad es la seguridad y la movilidad. “Ya no se puede caminar como antes”.

Óscar Moscoso, estudiante universitario, también cree que lo urgente es trabajar en la seguridad de los ciudadanos. “Uno no puede andar por el parque porque ya es asaltado. Eso es lo primero que se debe trabajar”, dijo.

En cuanto al cuestionamiento del partido que lo auspicia, le pidió al flamante alcalde que “porfa se dedique a Quito y mejorarlo”.

En este sentido, Muñoz respondió que se debe tanto a la ciudad como a su partido. “Me debo a los dos, a mi organización política (...) y me refiero a los principios que esa organización  postula que son la igualdad, la equidad y la justicia social”, refirió.

Sin embargo, enfatizó que se debe sobre todo a la ciudad y a sus necesidades.

“Esperemos que el cargo no sea una palanca para poner un presidente de este partido”, dijo Diana Pozo, también estudiante universitaria.

Ella cree también que la revisión de las tarifas de transporte es una prioridad. Muñoz ha dicho que para todo eso tiene cuatro años de administración.