El fútbol es para los valientes que no dejan de trabajar y creer en ellos. Los últimos meses del 2018, Michael Estrada era un nombre más en la lista del Independiente del Valle y, parece, que ni de broma lo convocaban. Nueve meses después y con 16 goles en Macará, fue el número nueve que jugó en la selección nacional ante Perú en Nueva Jersey.

El juego de Estrada gustó a todos, en especial a quien creyó, el entrenador Jorge Célico, que lo llevó de última hora.

Estrada, este martes ante Bolivia tendrá otra cita con la verdad, con la ventana de la gloria deportiva. Su mente solo tiene una dirección: comerse en el mundo a punta de regates, cabezazos y goles.

En su cabeza está el recuerdo de cuando le decía a su madre que se quería regresar desde Ambato, porque las cosas no le salían. El goleador abrió su corazón a EXTRA horas antes de jugar este martes, en Cuenca, ante Bolivia.

“No he cumplido todavía mi gran meta. Mis sueños con la selección no solo son jugar partidos amistosos. Quiero actuar en las eliminatorias para Catar 2022, poder jugar un mundial y muchas cosas más”, dice con mucha sencillez.

Cuando Célico lo puso en el rol principal ante Perú, la cabeza de Estrada tuvo los siguientes pensamientos: “Lo primero que se me cruzó era hacer las cosas bien. Es decir, entregar todo, no dejar por nada una pelota, ir a buscarla. Es una oportunidad para todos. El primer partido nos fue bien a todos, gracias a Dios, lo más importante es que ganamos, que era lo que todos queríamos”.

CONFIANZA

Estrada dice que hay una palabra sagrada que la practica Célico: la confianza. Cuando le dijimos que jugó como si hubiera estado mucho tiempo entrenando, el guayaquileño dijo: “Eso ya viene desde la confianza que te da el ’profe’. Todos salimos tranquilos a jugar sin presión de nada. Él nos dijo salgan a disfrutar con la mayor seriedad y responsabilidad. Y así fue que nos divertimos y todos disfrutamos del partido”.

Sobre el partido de hoy ante Bolivia, lo primero que dice es que espera que el entrenador lo siga tomando en cuenta en el rol principal. “Ahora estamos mentalizados para enfrentar a los bolivianos. Y si Dios lo permite a salir tranquilos a disfrutar del partido y dar una buena actuación a la gente que nos va a apoyar. Sería lindo que volvamos a ganar. Esperemos que todo esto se nos dé Dios mediante”, dice Estrada que nos confesó que la camiseta 19 de la Tricolor ya tiene dueño: es para el ‘pelado’, su recién nacido hijo. Los sueños se cumplen con trabajo y fe. Una muestra, Estrada.