Quienes habitan en la cooperativa 5 de Agosto, en el Guasmo norte de Guayaquil, están apenados. No pueden creer que uno de sus vecinos, el pequeño José, de 10 años, falleciera siendo víctima de una balacera.

En esa populosa zona, en el sur de la urbe porteña, en la casa del niño ayer familiares esperaban que otro grupo de parientes retire su cuerpecito de la morgue policial para poder velarlo.

La tragedia ocurrió el sábado, aproximadamente a las 23:00. El infante y otros chicos jugaban en un pequeño parque que hay a orillas del río Guayas. Todo era calma y alegría, hasta que sujetos a bordo de un carro pasaron ‘soplados’ disparando por el sector.

Una familiar del menor dijo que los individuos iban disparando al aire. El chiquillo, al percatarse lo que ocurría, se asustó, salió corriendo y fue alcanzado por los proyectiles.

Su familia rápidamente lo llevó a un hospital, donde fue atendido hasta la noche del domingo. Pero finalmente, a las 23:30, murió.

A sus allegados se les ha hecho difícil afrontar la situación. Lo que más les aflige es recordar la ilusión que tenía José al saber que el 20 de julio estaba por cumplir 11 años.

“Quería que nos reuniéramos todos, comamos y celebremos”, dijo afligida otra de sus parientes.

El coronel Henry Herrera, jefe zonal de la Dinased (Dirección de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros), indicó que, además de José, dos ciudadanos, de 24 y 52 años, sufrieron heridas leves en sus piernas, pero se encuentran estables.

“El ataque no estaba direccionado a ninguna persona, tal vez la situación fue generar pánico en el lugar”, detalló. Las investigaciones continúan, intentando identificar a los implicados.