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Diario Extra Ecuador

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¡Los ‘gigantes de hielo’ habitaron en Chalán!

Senderos y quebradas de este sector de Riobamba están llenos de restos fósiles que datan de hace 40 mil años aproximadamente. Aquí se encontró el cráneo de Punín.

José Luis Román, paleontólogo de la Escuela Politécnica Nacional, revisa los fósiles que se exhiben en el  museo.

José Luis Román, paleontólogo de la Escuela Politécnica Nacional, revisa los fósiles que se exhiben en el museo.Extra / Patricia Oleas

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Gigantes de la era del hielo habitaron la zona de Chalán, en el cantón Riobamba. Como muestra de esta mega fauna aún se descubren restos fósiles. José Luis Román, paleontólogo de la Escuela Politécnica Nacional, forma parte del grupo de científicos que desde el siglo pasado se ha interesado por este lugar.

El fin de semana recorrió los senderos y reveló que la quebrada de Chalán, donde también se encontró el famoso cráneo de Punín, es uno de los principales puntos geológicos donde existieron especies muy grandes.

“Hemos datado químicamente el lugar y corresponde a unos 40.000 años; conocemos que el cráneo de un diente de sable proviene de la quebrada de Chalán, además en las quebradas aledañas, como la Colorada y otras más pequeñas, hemos encontrado fósiles con las mismas edades”, explicó.

Ubicadas en Riobamba, cerca de las parroquias de Punín y Licto, la quebrada de Chalán y otras cercanas, como la Colorada y la de Punín, son visitadas por alumnos de escuelas de Riobamba, en un 50%. También recibe a turistas japoneses, franceses y españoles.

En 1894, luego de un derrumbe, se encontró el primer mastodonte completo en este lugar, y se lo trasladó para estudios a Quito, donde se perdió en un gran incendio.

“Años antes solo se conocían en los libros, nuestros abuelos no sabían la importancia de la arqueología, venían los extranjeros y nosotros mismos les indicábamos donde se hallaban los huesos; muchos de los hallazgos se los llevaron fuera del país”, manifiesta el presidente de la comunidad San Francisco de Chalán, Fabián Valla, quien encabeza un proyecto para mejorar este espacio.

Los comuneros están empeñados en recuperar todo el patrimonio histórico y cultural que tiene su territorio.

En gestiones realizadas para recuperar el patrimonio que ha salido de la comunidad, la Cancillería de Ecuador había indicado que la comunidad debía contar con sitios adecuados y toda la infraestructura necesaria para preservar esta riqueza.

En la actualidad funciona un museo en el mismo sitio, que cuenta con varias piezas en exhibición y que ofrece dos recorridos; uno por el lugar donde existen cascadas naturales hasta llegar a las “pisadas de dinosaurio” como las conocen los lugareños, y otro sendero que lleva por un camino bastante difícil a las entrañas de la quebrada, donde se pueden apreciar los huesos fósiles en las paredes.

Con esta iniciativa colabora Rubén Aucancela, quien trabaja en el diseño de un sistema de indicadores de sostenibilidad para la gestión integral de la quebrada Chalán con fines turísticos, dentro de su proyecto de tesis de maestría.

“Estamos en la fase de diseño para evaluar el sistema de sostenibilidad, social, cultural, económico y turístico, para elaborar una propuesta y pedir apoyo a instituciones como la Unesco para declararlo un geoparque”, dijo. Fue en este contexto que se recibió al paleontólogo de la Politécnica Nacional, quien realizó la visita de campo y, entre varias actividades, examinó las piezas existentes en el museo, identificó el tipo de especies e impartió a los comuneros recomendaciones para el tratamiento, identificación y cedulación de los fósiles para la exhibición.

Román determinó que los restos del museo, en su mayoría, pertenecen a caballos de la era del hielo. También existen fragmentos de paleollamas, mastodontes y ciervos, y vértebras de un perezoso gigante; todos extintos en el Pleistoceno.

El paleontólogo explicó que de la parte más baja salió el famoso cráneo de Punín, pero que este contiene sedimentos diferentes, con otro tipo de condiciones que indicarían que es más nuevo que los fósiles de animales.

Sobre las “pisadas de dinosaurio” manifestó que deberían ser estudiadas por un especialista en Paleoignología (estudio de los rastros), aunque informó que se han enviado fotografías que han llamado mucho la atención de especialistas del Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires.

La presencia de cangahua (ceniza volcánica endurecida) alrededor de todas las colinas ha dado paso a una hipótesis. Se cree que la zona era un gran valle que, por la cantidad de alimento, atrajo a muchas especies que fueron arrasadas por una erupción del volcán Tulabug. “A lo largo de toda la quebrada hemos encontrado falanges de animales, pero falta mucho por estudiar cómo la vegetación y los sedimentos que aportarían mayores datos de cómo era el ambiente en esas épocas”, indicó Román.

Lo que preocupa ahora es que la gente llega a cavar sin ningún conocimiento técnico, llevada por la curiosidad o por el deseo de tener una de estas piezas. Por eso hizo un llamado a la comunidad. “Esto crea un problema porque se pierde la investigación; para nosotros es muy importante mirar el lugar donde está el fósil, así como los elementos que lo rodea, porque eso aporta para recrear con mayor exactitud la historia”, destacó.

Un oasis para la arqueología mundial

Mientras tanto, Rubén Aucancela explica que tiene identificadas las zonas turísticas naturales, como las cascadas, las pisadas de los dinosaurios, la parte del yacimiento paleontológico y el volcán apagado Tulabug. “Arqueológicamente tenemos vestigios de utensilios, el cráneo de Punín y parte de senderos que utilizaban para subir al Tubalug, donde realizaban ceremonias y sacrificios; en lo cultural, están la gastronomía y los habitantes que son quichua hablantes” expresó.

Precisamente, la cosmovisión andina es respetuosa de la Pacha Mama, y en respeto a ella, antes y durante el recorrido del sábado pasado, se realizó un ritual encabezado por el gestor cultural Oswaldo Huilcapi. A través del sonido de instrumentos musicales agradeció por todo lo recibido desde la Tierra; con el sonido del churo, especialmente, solicitó permiso para ingresar porque, a decir de Huilcapi, estos son lugares sagrados con mucha energía.

Fósiles en peligro de perderse

Luis Remache, comunero y miembro de la directiva, manifiesta que se encuentran trabajando con la gente del sector para concienciar sobre el peligro de perder estos fósiles, que no son un recurso renovable. “Ya no se permite llevar nada de lo que hay en las quebradas, además estamos educando a la gente para que cuide los senderos y los bosques porque será otra forma de ingreso para la comunidad, aparte de la riqueza histórica que contiene para la provincia y el país”, argumentó.

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