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Diario Extra Ecuador

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¡Planeó el asesinato de sus hijas!

En 30 días se conocerá la sentencia del papá “celoso”, quien confeso ser al autor del doble crimen en Baños, Tungurahua.

El velorio de las hermanitas se realizó en el coliseo de Arajuno, Pastaza, de donde eran oriundas.

El velorio de las hermanitas se realizó en el coliseo de Arajuno, Pastaza, de donde eran oriundas.Fotos: Yadira Illescas

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Los celos lo habrían llevado a estructurar un plan para silenciar para siempre las vidas de sus hijas de 5 y 9 años. Según el fiscal del cantón Baños, Denis Ocampo, el sospechoso del parricidio le confesó que todo fue premeditado.

El presunto homicida buscó el momento indicado para cometer el delito, ya que no habría soportado otra supuesta infidelidad de su cónyuge.

La familia vivía en Arajuno (Pastaza), pero -según el sospechoso narró a Ocampo tras el doble crimen ocurrido la noche del pasado domingo- salieron de esa localidad porque la mujer habría tenido una relación extramarital.

Para “empezar de nuevo” en la relación, la pareja se estableció en Baños. Sin embargo, en este lugar el marido también “había descubierto que (su esposa) realizaba intercambios de mensajes mediante Facebook y por eso habría matado a sus hijas”, dijo el fiscal.

Las niñas, quienes estaban al cuidado de su padre, fueron halladas muertas y con una puñalada en el tórax cada una, pasadas las 23:00 del domingo28 de agosto en su casa.

La progenitora se encontró con la macabra escena al llegar a su casa luego de su jornada laboral en un asadero de pollos. Las víctimas estaban acostadas en sus camas y tapadas con sábanas para aparentar que estaban dormidas.

El padre “celoso” les dio de comer y, tras dormirse, esperó 15 minutos para taparles la boca y asesinarlas con un cuchillo que encontró en la cocina, así lo confesó cuando se entregó en la Escuela de la Policía.

Era una familia feliz

En la familia de la joven madre todavía no digieren la tragedia. Pedro López mencionó que en alguna ocasión le dio envidia ver a la familia de su sobrina. “Se veían felices; él era un hombre entregado por completo a sus hijas e incluso era evangélico y muy tranquilo. Dios sabrá juzgarlo y que aquí en la Tierra se le aplique la máxima justicia porque si tenía problemas debía hablarlos pero no ensañarse con los seres inocentes”, dijo.

Para Adela Orozco, también pariente, todo es sorprendente. “Ya no hay nada que devuelva a las niñas, pero aquí que reciba su castigo. Si tenían problemas con la mujer debían tomar decisiones entre los adultos, pero eso de matar nadie tiene derecho a hacerlo”, reclamó.

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