Luis Viracocha y su hermano Abel fueron escogidos por la “divinidad” para esculpir en piedra la imagen de la Virgen de El Cisne, conocida como ‘La Churona’. La escultura, que mide 2,10 metros, ocupará en septiembre de 2016 un espacio en los jardines del Vaticano, en Roma, para representar la devoción de los ecuatorianos a la “madre protectora”.

La corona, que es símbolo de majestad; el cordón, que cuelga de su pecho y que al final tiene una cruz cósmica; la faja, que significa la divinidad, voluntad, pureza... Todos esos detalles fueron tallados en una roca andesita traída desde Lloa, El Cinto, noroccidente de Quito, y que pesaba cerca de tres toneladas.

Viracocha explicó que en esa piedra de grano fino fue posible expresar los rasgos con minuciosidad, magnificando y esclareciendo el simbolismo que representa para los religiosos la parafernalia (conjunto de usos habituales en determinados actos o ceremonias), que es el ropaje de ‘La Churonita’.

Según el escultor, la Virgen apareció en un pueblo conocido como El Cisne, en Loja, en 1594. Desde entonces ha tenido muchos fieles, quienes la veneran -sobre todo- por los milagros que ha hecho. Fueron ellos los que tuvieron la idea de que se creara la imagen de la Santa para enviarla al papa Francisco.

Pero antes, la figura religiosa recorrerá otras ciudades del Ecuador, como Guayaquil, Cuenca, Loja, Machala, Santo Domingo de los Tsáchilas o Quito, entre otras.

“Como artistas hemos sido bendecidos”, señaló Viracocha al referirse a la elección para que él y un grupo de profesionales hicieran el trabajo, que inició en diciembre de 2015.

El escultor indicó que esta es una “creación nueva”, con elementos que ya tenía la Virgen y algunos detalles que la hacen diferente. Es decir, que no se puede hablar de una réplica.

Además, el artista comentó que ‘La Churona’ fue esculpida con “amor y dulzura”, pues siente que su vegetarianismo lo ha ayudado para tallar en paz a la Santa, quien es una representación de la divinidad femenina de Dios.

La figura pesa cerca de una tonelada y, según su creador, tardaron aproximadamente tres meses en terminarla. Aseguró también que heredó el don de su padre, quien también se dedicaba a este arte.

Por otro lado, Viracocha pidió a las autoridades un lugar para poder trabajar, pues en su taller no hay espacio y la Virgen fue realizada en la calle. (ER)