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Los hombres experimentan el morboseo callejero y les gusta
Una campaña española ha desatado el lado acosador de los hombres. Ellos quieren más frases acosadoras en las calles.
La Fundación española Triángulo se propuso concienciar a los hombres sobre el acoso callejero que denuncian con frecuencia las mujeres. Se creó un anuncio, se lo puso a circular por Spotify y la reacción fue otra: les gusta y lo prefieren violento.
La meta era: “Hacer ver lo errado de la situación a los hombres que todavía utilizan esta forma de relacionarse”, dijo la misma ONG desde su sitio web.
La campaña fue divulgada por el blog de Verne de Diario El País y aunque el video logró reproducirse más de 24.000 veces, los comentarios de los hombres son algo así como: “muy suave y exigimos más”.
Opinión 1: “¿Dónde está la tía que le meto toda la zanahoria?”.
Opinión 2: “Pues vaya, a mí me dicen eso y me muero de la risa. En realidad una tía me soltó un piropo por la calle hace años y no me pareció nada mal, al contrario.”.
Si hay alguna reacción positiva, por lo general, el usuario corresponde a una mujer, como en este caso:
Opinión a favor: “Pero pónganlo en el contexto en el que estamos, la mayoría de nosotras empezamos a recibir ese tipo de comentarios cuando aún somos niñas, de hombres de al menos 40 años. Ya dejen de hacer como que esto no es un puto problema”.
Cecilia Chávez Bowen es psicóloga y cree que si los hombres tienden a verlo así es por una razón: “La burla que nace de estas campañas es porque la mayoría lo han hecho y se sienten atacados”. Sin embargo, no es una regla y aclara que también están los tímidos, a quienes esas frases sí los incomodan.
De España a Ecuador no hay diferencia en cómo se lee esta campaña de acoso verbal: también les gusta y responderían como los “sementales” que son.
En Diario Extra lanzamos la encuesta sobre las frases morbosas o intimidantes de las que un hombre puede ser objeto en la calle:
Roberth, por ejemplo, compartió esto: “Muñeco, ¿De qué juguetería te escapaste?”. Además, muchos se identificaron como víctimas y dijeron que las mujeres saben disimular cuando lo hacen y por eso nadie les dice nada:
A esto, la psicóloga Chávez agrega que esos comportamientos tienen mucho que ver con el contexto cultural: “Eso viene de los hogares; la niña no puede tener dos enamorados, pero si el hijo tiene tres es bandido y lo festejan”.
En general, aunque se les llame piropos no lo son y las palabras que se elijan convierten a estos halagos más en una agresión.
Este tipo de iniciativas para que los hombres experimenten así sea un poquito de lo que pasan las mujeres no es nueva. En 2010, Argentina lanzó una campaña donde un hombre era vulnerado por mujeres en la calle y en 2015, una alumna de diseño sacó un espacio de realidad virtual, llamado Compliment, para que el acoso verbal les sea más cercano.