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Diario Extra Ecuador

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Líbrate de los morbosos en el ‘trole’ con un mensaje

El transporte público es el ‘imán’ para el acoso sexual. Entérate cómo denunciarlo.

La inmensa mayoría de las mujeres se ha sentido vulnerada en alguna ocasión.

La inmensa mayoría de las mujeres se ha sentido vulnerada en alguna ocasión.Hamilton López (producción) y cortesía

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Eran cerca de las 18:00, ese momento del día en que el bus va lleno y el aire espeso, fétido y concentrado dificulta la respiración. Aquel martes, luego del trabajo, ‘Carla’ (nombre ficticio) entró a la Ecovía en la parada San Martín, centro norte de Quito, para encontrarse con su esposo.

La mujer, que acostumbra a ubicarse en la última puerta del vehículo, allí donde suele estar más vacío, sintió que un señor subía detrás de ella, “muy pegado”. Ella lo esquivó y, en el interior, se topó con una marea humana. Una vez dentro, el tipo alzó los brazos hacia los hombros de ‘Carla’ y ella tomó su cartera para protegerse el busto. En ese instante, lo grabó: el indeseable usaba lentes, su pelo era corto y oscuro, su piel tenía secuelas de acné, era delgado y menudo, vestía camisa celeste y cargaba una mochila negra, con la cual se cubría.

En la siguiente estación, algunas personas se bajaron y la mujer aprovechó para acomodarse. A sus espaldas, una niña estaba “desesperada, inquieta, como que le quería decir algo a su mamá”.

‘Carla’ se volteó, la pequeña consiguió un asiento y, unos tres minutos después, vio de nuevo a aquel hombre detrás de ella, “bien pegado”. Entonces sintió “algo duro y caliente” en la mitad de sus glúteos, que se frotaba con ella de arriba abajo.

Ella se sobresaltó, empujó al señor, que se tapaba los genitales con la mochila, y le golpeó. “¡Asqueroso, patán, abusivo!”, le gritó. Le lanzó otro golpe, le volvió a gritar “asqueroso” y el hombre, que según el expediente era profesor, reaccionó con frialdad. Se quedó quieto, callado.

EN CIFRAS

El 81 % de las mujeres se ha sentido vulnerado en el sistema de transporte público del Distrito Metropolitano de Quito, de acuerdo a las cifras del Observatorio de Seguridad. Las estadísticas también indican que el 70 % de los quiteños se moviliza en ese medio de transporte. Esta grave realidad marcó la pauta para que la Unidad Patronato Municipal San José y la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros desarrollaran la estrategia ‘Bájale al acoso’, que busca prevenir y actuar frente a este tipo de casos.

La iniciativa se gestó en diciembre de 2014, cuando se lanzó el proyecto ‘Cuéntame’. Ese año se instalaron cinco cabinas de atención a víctimas de violencia y acoso en el transporte público. Pero María Fernanda Pacheco, directora del Patronato, reconoce que en 2016 se recibieron 154 denuncias. Es decir, que “no se generaba un cambio”. De modo que se ha optado por el uso de la tecnología, por el envío de mensajes de texto para canalizar las acusaciones.

‘Bájale al acoso’ se gestiona a través de una plataforma digital. El plan piloto funciona desde marzo de este año en 120 unidades que cubren cinco circuitos: tres Trolebús y dos de la Ecovía. En el interior de estos vehículos hay información para actuar en el momento en que se produce una vejación.

La persona puede enviar un sms al 6367 con la palabra ‘acoso’ y el número de la unidad donde se encuentra (esos datos están señalados en los afiches de la campaña). Segundos después, aparece una respuesta en la pantalla del celular, indicando que en los próximos minutos recibirá una llamada. También se informa a la persona afectada que puede acercarse al conductor o al policía que se encuentre en la próxima estación. Mientras tanto, una sirena suena a través de los parlantes del articulado.

“En estos momentos se ha registrado una situación de acoso sexual dentro de esta unidad de transporte. Solicitamos a los pasajeros mantenerse alerta y respetar a quien se encuentra a su lado. Recuerda que juntos construimos una ciudad libre de violencia y acoso sexual en el transporte público. Repórtalo y bájale al acoso”, anuncia una voz femenina. La alarma se repite dos veces.

Pacheco afirma que 800 personas, entre conductores, recaudadores y policías metropolitanos, recibieron capacitaciones. La idea es que el personal pueda socorrer y brindar el acompañamiento necesario si se desea formalizar una denuncia. Desde que se emprendió el proyecto hasta el 31 de mayo se han receptado 387 mensajes. Diez se canalizaron hacia la Fiscalía y dos implicados tienen sentencia condenatoria ejecutoriada (están privados de su libertad, por 12 y 14 meses respectivamente).

Los acusados pueden ir a prisión si existe contacto físico. Pero las personas afectadas también pueden enviar sus mensajes si se sintieron perjudicadas por una frase, una mirada lasciva... Además, el uso de la plataforma no es exclusivo para estas últimas. Hay casos en que un testigo alertó a las autoridades del problema.

En abril, Casandra viajaba en la Ecovía, junto a su madre y su abuela, cuando se percató de que dos jóvenes manoseaban a unas colegialas. El bus estaba lleno. Mientras ellos las tocaban y morboseaban, ellas los insultaban. Los demás pasajeros se mantuvieron indiferentes. “En la puerta vi un rótulo que decía #BájaleAlAcoso, junto a un número de teléfono y el de la unidad. Escribí y me llamaron. Les expliqué y en la siguiente parada, en el Playón de La Marín (centro), se subieron los policías y detuvieron a los acosadores”, recuerda la chica, de 23 años.

La presidenta del Patronato acota que, en el 65 % de las ocasiones, la gente no demostró ningún gesto de solidaridad. Y admite que la mayoría de las personas afectadas no quiere poner una denuncia en la Fiscalía, “sino sentirse más segura en el momento en que ocurre el acoso”. Aunque la campaña está dirigida a la sociedad en su conjunto, hasta el momento el 100 % de mensajes de auxilio provino de mujeres.

Presupuesto

‘Bájale al acoso’ costó 32.000 dólares

En 2010, ONU Mujeres escogió a Quito para formar parte del programa global Ciudades Seguras para mujeres y niñas, que empezó paralelamente en Moresby (Papúa Nueva Guinea), Kigali (Ruanda), El Cairo (Egipto) y Nueva Delhi (India). La organización facilitó el desarrollo de la estrategia ‘Bájale al acoso’, lo que ayudó a reducir costos en el momento de su implantación.

Según María Fernanda Pacheco, se destinaron a la iniciativa $ 32.000 correspondientes al plan de comunicación, ya que el Municipio contaba con una plataforma de mensajería, que hoy recepta las denuncias. La meta es que, dentro de seis meses, el proyecto se aplique en todo el sistema de transporte, tanto público como privado.

EL EXPERTO

“Me han tocado la vagina varias veces”

Daniela Chacón, concejala y exvicealcaldesa de la capital por CREO-SUMA, es una de las voces más activas a la hora de proponer políticas públicas en torno a la movilidad y el género. Según explica a EXTRA, actualmente existen dos retos. “Quienes toman las decisiones ni usan bus ni son mujeres. No tienen la más mínima idea de que, cuando salimos de casa, tenemos que pensar qué vestir porque, probablemente, alguien nos acosará”.

En ese sentido, confiesa que ha sido víctima de abusos en el transporte. “Me han metido la mano debajo de la falda, me han acorralado y me han tocado los senos y la vagina varias veces”. Por eso considera vital la existencia de un sistema que sustente las denuncias, pero aclara que no se trata de “meter preso a todo el mundo”, sino de que exista un rechazo social generalizado, un cambio cultural. Para la concejala, el ideal es que, a futuro, programas como ‘Bájale al acoso’ dejen de ser necesarios, que los episodios “sean una excepción”.

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