Actualidad
Kevin no conocerá a su bebito
El joven fue atropellado. Horas antes había estado chateando con su novia, quien está embarazada de cinco meses. La familia está devastada.

La familia del chico llegó a la morgue para efectuar los trámites. El suegro del muchacho contó que el día anterior compartió con él.
Se llevaba las manos a la cabeza, sin ocultar sus lágrimas. La fatídica noticia de la muerte de Kevin Paucar llegó hasta su suegro Víctor Columba, para sembrar desdicha e incertidumbre.
La madrugada del sábado el hombre recibió una llamada de un agente de la Policía. El muchacho, de 17 años, había sido atropellado por un vehículo fantasma a un par de cuadras de su casa, en el barrio Chillo Jijón, suroriente de Quito.
El último mensaje que le envió a su novia (hija de Víctor) y madre de su primer bebé llegó a las dos de la mañana. “Era un buen joven, se ganó nuestro cariño”, se lamentaba el señor en los exteriores de la morgue de Quito.
Al sitio llegó un par de horas después de la tragedia para apoyar a los parientes directos de Paucar. Fue su hermano Jesús quien debió comunicar el hecho a su madre y hermanos.
Ellos, por el feriado, viajaron a la playa. “Nos quedamos los dos. No me di cuenta de cuándo salió o para dónde iba”, dijo el ñaño, de 19 años.
Él asegura que todos conocían a Kevin en el barrio, ya que siempre estaba haciendo deporte en las canchas. “Le gustaba el fútbol y el vóley”, destacó el pariente, quien no conoce ningún detalle del incidente.
Desde el otro lado de la línea telefónica, a Columba el agente le dijo que el muchacho iba caminando por la vereda cuando lo atropellaron.
En ese instante, junto a su hija, quien está en el quinto mes de embarazo, se movilizó desde Guangopolo, también en el suroriente de Quito, a Chillo Jijón.
“Son unos 45 minutos de distancia, tal vez una hora (...) En autobús mucho más. Yo conseguí que un cuñado nos llevara”, manifestó el señor, quien labora como electricista.
Al momento no tiene un trabajo fijo, ya que debido a una lesión en su columna, fue despedido de la empresa en la que cumplía su oficio.
Esa situación lo preocupa, sobre todo ahora que deberá hacerse cargo de su nietecito. “Mi hija está destrozada. Además está delicada de salud. Tengo miedo de que algo le pase a ella o al bebé”, expresó Víctor.
Lo que más le afecta es que la segunda de sus dos muchachas ya ha tenido algunas pérdidas en su vida. Durante la escuela, dos de sus mejores amigas fallecieron. Años más tarde, un buen amigo se sumó a la lista. Hace unos meses murió su primo y hace tres semanas su abuelita materna. “Era quien le crio. Todo esto la tiene muy mal”, concluyó.
Así opina
Ayer no más estábamos compartiendo con su familia. Nos comimos un encebollado”.
Víctor Columba,
La pareja
Pese a que a las familias les tomó de sorpresa el embarazo de la chica, la pareja tiene apoyo de ambas partes.
suegro