Los moradores del sector San Ignacio, en el norte de Quito, temen por su seguridad luego de que el pasado sábado Enrique Pazmiño fuera apuñalado... Murió a tres pasos de su domicilio.

César Cevallos tiene un restaurante en la zona y contó que a las 18:40 de ese día, vio que el hombre, de 65 años, bajaba tambaleando por la calle Colibrí y después se desplomó frente a su negocio.

En un inicio, Cevallos creyó que el hombre estaba en estado etílico, pero al ver que no se movía por varios minutos llamó al ECU-911. Según el morador, la operadora le dijo que no se acercara porque podría ser un caso de coronavirus. Cuando llegaron los uniformados se percataron que el hombre todavía tenía signos vitales y llamaron a una ambulancia, pero nunca arribó al lugar.

Los vecinos lograron identificar a la víctima y llamaron a los familiares que viven en unos conjuntos ubicados a pocos metros de donde se encontraba Pazmiño.

El yerno y la hija del adulto mayor salieron desesperados y cuando se acercaron, lo movieron un poco y vieron que tenía una herida en el pecho. Ambos suplicaron a los agentes para que lo llevaran a una casa de salud, pero al recibir una respuesta negativa, el yerno subió el cuerpo agonizante de su suegro y lo trasladó hasta el Hospital de Calderón, donde horas más tarde falleció.

Agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased) revisaron las cámaras de locales del sector para identificar a los asesinos, pero hasta el cierre de esta edición no los encontraban. La única teoría que manejan es que el hecho se habría suscitado luego de un robo.