En el barrio El Garrochal, en el sur de Quito, los vecinos reactivaron un ojo de agua natural como medida ante la falta de agua potable que cumple los cinco días. El sitio se utiliza como lavandería comunitaria y punto de recolección para el uso doméstico.

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Verónica Nolivos, asambleísta parroquial, indicó a EXTRA que la comunidad había solicitado desde hace dos años la intervención de las autoridades para recuperar el lugar, pero no fue atendida hasta la emergencia.

“Nosotros en este sector hemos pedido que se tome en cuenta este ojo de agua. No es que recién está. Hemos exigido a las autoridades que por favor lo recuperen, que no esperemos emergencias para poner atención.”

Organización vecinal ante la alta demanda

Según Nolivos, la comunidad se organizó por turnos para evitar aglomeraciones. Indicó que ya hubo conflictos anteriores por el uso del punto, incluso con personas heridas, por lo que decidieron establecer horarios y grupos definidos.

“Entre todos los conjuntos nos hemos organizado. Está un grupo en la mañana, otro en la tarde. Si les dejamos así, es un caos.”, agregó.

También explicó que instalaron un tubo para separar el agua de consumo de la zona donde se lava ropa, con el fin de evitar accidentes o contaminación. “El ojo de agua caía en las piedritas. La gente se amontonaba, se caían. Por eso se colocó el tubo.”

La comunidad vigila el lugar de manera continua para asegurar el uso adecuado del recurso. Nolivos afirmó que no se permite la comercialización del agua. “Incluso se metieron tanqueros. Van y venden a otros”

Más ojos de agua recuperados en el sur de Quito

De acuerdo con Nolivos, se han recuperado al menos 21 ojos de agua desde el inicio de la emergencia. Explicó que algunos estaban entubados y desviados hacia el sistema de alcantarillado, y que los propios vecinos los destaparon.

“Con esto de la emergencia, la gente empezó a desterrar los que tenían enterrados. La misma gente ha cavado y ha recuperado, porque antes los entubaban y mandaban al alcantarillado.”

También mencionó el punto de El Manantial, en San Juan de Turubamba, donde los moradores rompieron parte del suelo para recuperar el acceso.

María Conejo, una moradora de la zona, esperaba su turno para lavar. Contó que con la modernidad ya lavaba la ropa en máquina, pero que le tocó recordar los "viejos tiempos". "Siempre ha habido esta vertiente, no todos la conocían, pero con la emergencia han venido hasta de otros barrios", explicó.

En Caupicho también se organizan para lavar

En el recorrido por otros sectores afectados por el desabastecimiento, se pudo constatar que en Caupicho también se han reactivado vertientes naturales para abastecerse de agua. En este punto, vecinas han organizado espacios comunitarios para lavar ropa a mano.

Una de ellas es Verónica Logro, quien acudió al lugar con varias prendas para su familia. “Lavo dos docenas de ropa de mi bebé y de mi esposo. No tengo agua en casa y aquí, al menos, puedo lavar a mano.”

Vecinas como Logro han implementado rutinas compartidas para distribuir el uso del agua durante el día. Algunas llegan por la mañana, otras por la tarde, y el acceso es por orden de llegada.

Aunque Nolivos resaltó que sí han llegado los tanqueros a la zona y que el Municipio sí ha respondido a la emergencia, hay otra moradoras como Rosario Tipán que denunciaron que el agua no ha llegado a todos los barrios. 

Ella vive en El Blanqueado y se acercó al Garrochal para ver si era verdad lo de la vertiente gratuita. "Hemos tenido que irnos a Machachi a traer agua porque no llega para todos", reclamó".

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