“¡Aguanta, Karla, tienes que vivir!”

Edisson Aleaga Ramírez, Guayaquil
Fueron más de 20 minutos de terror y desesperación que se notaban en los gritos de uno de los bomberos que le salvó la vida. “¡Aguanta, Karla, tienes que vivir!”, le repetía el uniformado a la joven para que no cerrara sus ojos.
La chica quedó aprisionada entre los fierros retorcidos de su automotor todoterreno, luego de supuestamente perder el control del mismo y terminara estrellándose contra un poste a un costado de la vía a la costa, cerca del segundo ingreso a una ciudadela privada.
Había más de 20 bomberos, entre voluntarios y rentados, los que trabajaban en las labores de rescate. Según indicó un testigo, que a las 23:30 del pasado miércoles circulaba por el sitio, él solo vio cuando empezaron a salir chispas del carro, “que después se estrelló”.
Jorge Montanero, jefe de la División de Rescate del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, detalló que fueron necesarios dos equipos de rescate por la complejidad de la situación. “Debido a que el carro sufrió muchos impactos, la joven tenía parte de las extremidades inferiores atrapadas y también el brazo izquierdo”, explicó.
Familiares de la conductora, residentes de dicha urbanización, llegaron al sitio y entre gritos desesperados y lágrimas trataban de acercarse a su pariente.