Las instituciones educativas del país se enfrentan a un nuevo llamado de atención respecto a los productos que se ofrecen en sus bares escolares. La Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) ha recordado la prohibición de vender ciertos alimentos que podrían poner en riesgo la salud de los estudiantes.

Estas medidas buscan garantizar entornos escolares más seguros desde el punto de vista nutricional, promoviendo una alimentación saludable desde edades tempranas. La normativa está respaldada por la Ley Orgánica vigente y forma parte de una estrategia integral para fomentar hábitos que contribuyan al desarrollo físico y cognitivo de niños y adolescentes.

Productos con advertencia

Entre los productos que no deben ofrecerse en los bares escolares se encuentran las bebidas energizantes o energéticas, así como alimentos y bebidas procesadas que contengan altos niveles de grasa, sal o azúcar, identificados con etiquetas de semáforo rojo.

(Te puede interesar: En Nueva Prosperina, en Guayaquil, buscan garantizar seguridad en escuelas)

Tampoco está permitida la venta de productos que contienen cafeína o edulcorantes no calóricos, y se prohíbe el uso de aceites reutilizados en la preparación de alimentos, debido a sus efectos negativos para la salud. Estas restricciones responden al compromiso de evitar el consumo de sustancias que, según las autoridades, pueden comprometer el bienestar físico y el rendimiento académico de los estudiantes.

Control y corresponsabilidad

La alimentación escolar es vista como un complemento que no reemplaza las comidas principales del hogar, pero que puede influir de forma significativa en los hábitos de los menores. Por ello, se insiste en ofrecer opciones que proporcionen la energía y nutrientes necesarios para su desarrollo diario.

Arcsa ha recordado que estas medidas no solo implican a las instituciones educativas, sino también a los proveedores y administradores de bares escolares, quienes deben acatar las disposiciones vigentes. La vigilancia sanitaria busca asegurar el cumplimiento de estas normas para evitar riesgos innecesarios.

Las autoridades insisten en que la promoción de una alimentación saludable requiere un esfuerzo conjunto entre padres, educadores y comerciantes, con el fin de generar entornos seguros y propicios para el aprendizaje.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!