Patricio Caiza ha dejado de comprar productos lácteos y otros que necesitan refrigeración. Los cortes de energía han provocado que los quesos, carnes y embutidos se estén pudriendo.

Por otro lado, quiere ahorrar un poco de dinero para comprarse un generador eléctrico. Según él, le cuesta 1.500 dólares porque los artefactos que utiliza consumen bastante energía: dos frigoríficos, una refrigeradora, una heladera y el televisor donde suele ver películas. Ya no quiere trabajar a oscuras y con velitas.

El ciudadano tiene su local de víveres en el sector Epiclachima, en el sur de la capital. En dicha zona, el lunes y martes de esta semana hubo apagones en dos horarios: de 00:00 a 03:00 y de 11:00 a 14:00.

Sin embargo, ayer, miércoles 24 de abril, el corte de energía fue de seis horas seguidas: de 08:00 a 14:00.

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Esto afectó a Caiza, quien no estuvo al tanto del cambio que hizo la Empresa Eléctrica de Quito, descuadrando su planificación diaria. Afirma que les pidió a los distribuidores que llegaran a una hora, pero con esta variación de último momento tendrá que coordinar de nuevo con los vendedores.

Los cortes de luz continúan de forma indefinida en Ecuador. Hasta que Caiza logre reunir el dinero suficiente para adquirir una planta de luz, ha pensado en comprar extensiones y pedirle a su vecina que le ‘acolite’ electricidad por un par de horas, con el generador que ella tiene.

La ‘veci’ tiene un local de aluminio y compró el generador porque tiene herramientas con las que trabaja a diario. “Esta situación es difícil. No podemos trabajar con normalidad y estamos perdiendo dinero”, menciona Caiza.

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