Para Juan Diego Mejía Bermúdez, tener los mismos apellidos de uno de los cinco privados de libertad que fueron trasladados desde la cárcel de Turi (Cuenca) a La Roca, en Guayaquil, se convirtió en una tragedia: perdió su empleo y hasta sus familiares y amigos llegaron a dudar de su honestidad.

El joven, de 27 años y oriundo de la provincia del Guayas, contó a EXTRA que cuando leyó que sus nombres coincidían con los de alias San Andrés, quien presuntamente participó en la masacre a 20 personas en la prisión azuaya, tuvo una amarga sensación.

“No podía creer que existiera tal coincidencia. Pero quiero aclararle a mis familiares, amigos y a las personas con quienes he trabajado que es solo una coincidencia, que no soy yo esa persona. Trabajo para mantener a mis hijos, soy un hombre decente y honesto”, expresó Juan Diego.

Pero su preocupación más grande no es únicamente lo que piensen quienes lo conocen, sino que, tras difundirse sus nombres, sus empleadores lo llamaron y le dijeron que estaba despedido por esa terrible casualidad.

“Les dije (a sus jefes) que no era yo, pero me dijeron que solucione mi problema, que aclare que no soy esa persona y que luego podía regresar a trabajar”, manifestó el joven, cuyo único deseo es que todos conozcan que él es una persona honrada y trabajadora, y que no pertenece a ninguna organización criminal. (AEB)