Los amigos que fallecieron en la vía Guayaquil-Salinas habrían bebido la noche anterior

Casi de la misma manera, en que hace diez años falleció su madre, Vicenta Méndez, la madrugada de ayer murió Édison Josué Polanco Méndez: un hecho de tránsito les arrebató la vida a ambos.

Este percance que no solo causó el deceso de Édison, de 30 años, sino de otras dos personas y además dejó dos heridos, ocurrió aproximadamente a las 06:30 en el kilómetro 80 de la vía Guayaquil-Salinas, en el límite entre las provincias de Guayas y Santa Elena. Las víctimas viajaban en un auto Chevrolet Spark rojo, de placa GSX- 9280.

Minutos después del accidente, los familiares de Polanco Méndez, quien habitaba en la cooperativa Reina del Quinche, en el Guasmo Sur porteño, y de los otras víctimas mortales, Raúl Vicente Triviño Chilán y Francisco Proaño Jaramillo, y también de los heridos Edward Leonardo Sánchez Galeas y Amada Vannesa Salazar Triviño conocieron del fatal suceso.

Unos se dirigieron hasta el sitio de la tragedia y otros se acercaron hasta el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil, donde fueron traslados los cuerpos, para corroborar si su ser querido estaba entre los fallecidos.

“Recibimos una llamada donde nos informaban que mi sobrino (Édison) iba en el carro que se accidentó. Nos dijeron que vayamos a la morgue, que allá estaba su cuerpo. No podemos creer que haya muerto casi de la misma forma que su mamá. Mi hermana fue atropellada en la vía Perimetral”, relató la tía del fallecido.

La señora, a pesar del dolor que la embargaba, trataba de darle ánimo a su cuñado, quien estaba destrozado por la trágica forma en que acabó la vida del mayor de sus cuatro hijos.

“¡Dios mío, mi hijo no!, ¿por qué Señor me lo quitas?, ¡Josué no puede estar muerto!”, gritaba desconsolado el progenitor, mientras sus manos agarraban los barrotes que rodean el instituto forense.

Una joven, quien se identificó como prima de Édison Josué, contó que él trabajaba como taxista informal y que alquilaba el vehículo en que se accidentó junto a sus amigos.

Los parientes de Raúl Vicente también llegaron al Laboratorio de Criminalística. Una tía manifestó que él laboraba en una zapatería y vivía en el bloque 5 de la cooperativa Unión de Bananeros, también en el Guasmo Sur y que la noche anterior había estado bebiendo con sus amigos.

“No sabíamos que se iban a la playa, lamentablemente no escuchan consejos y no piensan en que les puede ocurrir una desgracia, que no pueden conducir si han bebido alcohol. Mi sobrino tenía 23, una vida por delante. Su prima (Vannesa) también iba en el carro, ella está herida”, expresó la mujer, mientras junto a sus seres queridos aguardaba los restos de su sobrino.

Cadáveres esparcidos sobre la calzada

Que el chofer se haya quedado dormido, lo que habría provocado que perdiera el control del auto y por el exceso de velocidad se volcara, es la hipótesis que manejan los investigadores de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE).

Por la gravedad del percance los cuerpos quedaron esparcidos en la carretera, uno de los fallecidos terminó junto al carro, pero los otros estaban a 20 metros de distancia. Todos con lesiones en su rostro.

El cabo de la CTE, Byron Coto, explicó que se trató de un volcamiento en la vía y que el carro dio varias vueltas de campana, por lo que todos los ocupantes salieron esparcidos del vehículo. “Los peritos determinarán cómo se produjo el percance”, sostuvo. (JL)