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"Falló todo": Análisis revela por qué Miguel Uribe fue atacado como Villavicencio
Un experto en seguridad advierte que el esquema falló igual que en el asesinato de Fernando Villavicencio
Miguel Uribe Turbay, a sus 39 años, no es solo un político más en la arena pública colombiana. Es el heredero de una historia marcada por la violencia y el narcoterrorismo. Su madre, Diana Turbay, murió en manos del cartel de Medellín cuando él era apenas un niño.
(Lea también: Atentado contra Miguel Uribe: El insólito pedido de Gustavo Petro para el sicario)
Décadas después de aquella tragedia, Miguel ha caído víctima de otro capítulo oscuro en la historia de Colombia: un atentado armado que lo dejó entre la vida y la muerte justo después de pronunciar: “Vamos a trabajar en salud mental, el principal problema en Colombia”.
Aquel sábado 7 de junio, Miguel no tenía un evento oficial programado, pero decidió estar allí, en un parque del barrio Modelia, en Bogotá. No era una aparición protocolaria. Como muchas veces, él se conectaba con la ciudadanía desde la base, en la calle, sin escoltas excesivos ni grandes barreras.
Fue en medio de esa cercanía que un sospechoso asesino de apenas 14 años, siguiendo presuntamente instrucciones de adultos aún no identificados plenamente, le disparó dos veces en la cabeza y una más en la pierna.
¿Quién era Diana Turbay, madre de Miguel Uribe?
Miguel Uribe es cercano al expresidente Álvaro Uribe Vélez, aunque no existe parentesco entre ellos. En los últimos años, se ha convertido en uno de los opositores más frontales del presidente Gustavo Petro, a quien ha criticado con vehemencia por la creciente inseguridad.

Su vida pública ha estado atravesada por la tragedia de su madre, la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991 tras un secuestro planeado por Pablo Escobar. Diana, reconocida por su integridad y sensibilidad, fue engañada con la promesa de entrevistar a un líder guerrillero del ELN, cuando en realidad era una carnada para presionar al Estado colombiano contra la extradición del capo.
Estado de salud actualizado de Miguel Uribe
La noche del atentado, el presidente Petro confirmó que se están analizando videos y mensajes clave que podrían esclarecer si fue un crimen por encargo. “Espero que Miguel Uribe Turbay sobreviva, eso es lo que más quiero antes que nada, y eso es lo que debe sentir la sociedad”, dijo Petro, pese a las diferencias.

En las imágenes, una mujer de unos 52 años aparece cerca del atacante, lo que ha despertado sospechas sobre su posible participación en la coordinación del ataque. La investigación está en curso.
Desde la Fundación Santa Fe, donde fue trasladado en estado crítico, se informó que Uribe Turbay fue sometido a una cirugía de urgencia, tanto neuroquirúrgica como ortopédica. Permanece en cuidados intensivos con pronóstico reservado. Su esposa, María Claudia Tarazona, pidió a la ciudadanía que confíe solo en los comunicados oficiales emitidos por la clínica. Hasta el cierre de esta edición, no ha habido actualización de su estado de salud.
Para el medio día de ayer, una ‘marcha por la vida’ llegó hasta la clínica Santa Fe, en la que decenas de ciudadanos llegan con banderas de Colombia y vistiendo camisetas blancas. ‘Miguel, amigo, Colombia está contigo’, coreaban.
El análisis sobre el atentado a Miguel Uribe Turbay
El ataque armado contra Miguel Uribe Turbay, senador colombiano y precandidato presidencial, ha puesto nuevamente sobre la mesa las fallas estructurales en los esquemas de protección de figuras públicas en América Latina.
Para Klever Carrión, experto en seguridad y expolicía en Ecuador, el caso de Uribe Turbay guarda paralelismos alarmantes con el asesinato del político ecuatoriano Fernando Villavicencio en 2023. En ambos episodios, sostiene, “muere no solo una persona o un proyecto político, sino también una parte de la democracia”.

Carrión explica que la seguridad de personas VIP debe estar compuesta por “varias cápsulas” o anillos de protección. “¿Quién falla cuando ocurre un atentado como este? Falla la cápsula de inteligencia, que debe estar ahí presente, infiltrado en estos lugares; falla la cápsula intermedia, que es el uniformado que hace la contención del espacio; y falla la cápsula interna, que es la seguridad personal del VIP”, afirma. En su visión, todos estos niveles colapsaron simultáneamente, como ocurrió con Villavicencio, quien también fue tiroteado en plena calle.
Uno de los errores recurrentes, dice Carrión, es la designación improvisada de personal sin la formación adecuada en protección de dignatarios. “No hay una designación acompañada de especialidad. Es como mandar a un periodista de crónica a cubrir deportes. Puede redactar, pero le faltan las particularidades del área. En seguridad es lo mismo: puedes saber del tema, pero si no sabes de protección VIP, vienen los problemas”.

Más allá de las fallas técnicas, Carrión apunta a un contexto político que, en lugar de fortalecer a las fuerzas de seguridad, las debilita deliberadamente. “Hay gobiernos a los que no les conviene fortalecer los sistemas de seguridad. Los ven como opositores y prefieren debilitarlos, porque cuando salgan del poder, esos mismos sistemas podrían volverse en su contra”. Según él, esta lógica ha sido visible tanto en Colombia como en Ecuador y otros países de la región.
Lo más preocupante, a juicio de Carrión, es que el atentado no fue casual. “Al igual que Villavicencio, el señor Uribe Turbay hacía vocería en contra de la criminalidad, del narcotráfico, y proponía una lucha frontal. A los violentos no les conviene que entre alguien con esa línea de pensamiento. Tratan de silenciarlo”. Para el experto, este patrón se ha convertido en parte del tejido político de América Latina, donde “estamos y seguimos debatiéndonos entre cómo se debe ver al delito y sus consecuencias”.
Su análisis concluye con una advertencia contundente: “Cuando suceden este tipo de circunstancias, muere la democracia. No muere únicamente la víctima del asesinato ni su proyecto de vida; muere toda una sociedad. Esto obliga a que los administradores deban tener un discurso hipócrita, y no frontal ni coherente con lo que verdaderamente piensan, porque si lo son, los silencian”.
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