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Veterinarios reconstruirán el rostro a una cusumba
Un nuevo rostro tendrá mañana, viernes 15 de febrero de 2019, una consumbita que fue rescatada en un bosque de Mindo, en el noroccidente de Quito. Cuando la hallaron tenía la cara mutilada.

El espécimen recibirá una cirugía reconstructiva para que pueda regresar a su hábitat natural.
Un nuevo rostro tendrá mañana, viernes 15 de febrero de 2019, una consumbita que fue rescatada en un bosque de Mindo, en el noroccidente de Quito. Cuando la hallaron tenía la cara mutilada. Hoy, es desconfiada y temerosa ante la presencia de los humanos. Pese al daño evidente, Andrés Ortega dice que su “conducto olfativo está intacto” y podría regresar a su hábitat natural.
El director de carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad Técnica Equinoccial, es quien cuida del animalito personalmente. Desde que se realizó su rescate el sábado pasado, ha sido él quien limpia la herida del espécimen.
Al momento, no se ha confirmado qué –exactamente– le produjo aquella lesión, que mutiló su nariz, parte de su labio superior e incluso lastimó una de sus patas.
Sin embargo, se le realizará una cirugía reconstructiva para que pueda retornar a su entorno natural.
Entre las posibilidades que se contemplan es que pudo ser atacada por un depredador, herida por un ser humano o que cayó en una trampa para roedores y –en su desesperación– se automutiló.
Con la operación, en la que Ortega aplicará la anestesia, esta hembra cusumbo “podría ser liberada en un bosque profundo, formar pareja y perpetrar su especie”.
Es la primera vez que se hace una cirugía reconstructiva en un animal de ese tipo. Sin embargo, el experto veterinario que la practicará la ha perfeccionado en perros y gatos.
Los cuidados
Para Ortega es mejor que la criatura sienta temor de acercarse a los humanos, ya que eso puede garantizarle que continúe con vida.
Actualmente, al animalito se le ha realizado algunas limpiezas, sobre todo para retirar el tejido necrosado de sus rostro. Las dos primeras debieron hacerlas con anestesia para que esté quieto y no tenga demasiado dolor.
“Le hemos hecho otras curaciones despierta, pero se molesta y eso es bueno porque así nunca se acercará a las personas”, resalta.
Él piensa que esto es importante, especialmente porque la especie potos flavus es una de las más vulnerables al tráfico ilícito. “La gente se lleva a las crías porque las considera tiernas, pero, al ser un animal silvestre podría atacar a un humano”, precisa.
El cusumbo es un animal omnívoro (se alimenta de carne y de plantas). En libertad suelen comer frutas o huevos y hasta aves pequeñas.
Hoy, que permanece en cautiverio, mientras que se recupera, es mimada con plátanos, mangos, melones y guayabas. “Estas tienen gusanitos que son buena fuente de proteínas”, destaca el doctor animal.
Otros casos
Ayer, un oso perezoso de tres dedos fue liberado en la Reserva Ecológica Cotacachi Cayapas, localizada en el oriente de la provincia de Esmeraldas. Esto después de ser rescatado en el reciento La T, vía Zapallo–Quinindé. Los comuneros dicen que un hombre intentaba capturar al animal. En ese momento, el mamífero recibió atención especializada para determinar su buen estado de salud.
Asimismo, el martes pasado fueron rescatadas 38 tortugas cabeza pintada en San Mateo, Esmeraldas.
Los especímenes fueron localizados en un saco de yute dentro de la bodega de un autobús. En este también había seis libras de carne faenada y un caparazón. Los animales serán liberados en las próximas horas en la Reserva Ecológica Mache Chindul, localizada al suroccidente de la provincia de Esmeraldas y al norte de Manabí. Una persona fue detenida en este caso, por tenencia y posesión ilegal de vida silvestre.
Esta semana, tres personas fueron sentenciadas a tres años de cárcel por el tráfico ilegal de 46 pericos cachetigris y tres pericos caretirojos (especies en peligro de extinción).
El hecho sucedió en Loja, en noviembre pasado. Sin embargo, recién se resolvió la audiencia. En la diligencia, un juez ordenó también el pago de 1.576 dólares de multa a cada uno. Además, deberán recibir tratamiento psicológico, especializado en la conservación.
En Cotopaxi también se encendió una alarma ambiental mientras se cumplía con un monitoreo al cóndor Morro, liberado el sábado pasado en el páramo. Los técnicos encontraron trampas. La Fundación Cóndor Andino Ecuador quedó inquieta ante la posibilidad de que esos lazos puestos sobre la carroña representarán un peligro para las aves.
Junto a Morro había 11 cóndores más que sobrevuelan la provincia de Cotopaxi y también se encuentran en peligro.
En la zona, los comuneros, quienes aseguran que las especies matan a su ganado, ponía carroña envenenada. Sin embargo, con las sanciones que se recibe al matar un animal silvestre han frenado la práctica, según Ortega.
Ahora, y para atrapar a perros asilvestrados, han implementado un sistema de cuerdas. “El animal que está comiendo, mete una pata y al moverse queda atrapado. Lo que no sabemos aún es que hacen con los animales o para que los quieren”, manifestó el médico.
Creencias
Ortega teme que podrían atentar contra su vida e incluso comercializarlos. Existe una creencia popular que el caldo de cóndor puede combatir algunas enfermedades.
Y, aunque, estos señuelos no estaban dirigidos específicamente para estas grandes aves, algunas podrían caer en el cebo.
En extinción
La población de cóndores en Ecuador es sumamente reducida. En el censo del año pasado se confirmó que solo existen 150 ejemplares. “Una población sana debe tener, al menos, 700”, confirmó el director universitario.
Se debe entender que son carroñeras o rapaces que solo buscan sobrevivir. Estos actúan por instinto.
“Los comuneros deberían tener un mejor manejo de sus animales de corral. Por ejemplo si su vaca parió no deben dejarla sin cuidado. Así evitan un ataque de los cóndores”, concluyó.
Las penas
Las personas que atenten contra la fauna silvestre son sancionadas bajo el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal.
Este puntualiza que quien cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, comercialice productos y derivados, de flora o fauna silvestre, de especies amenazadas, en peligro de extinción y migratorias, irá a la cárcel de uno a tres años.
Aunque la normativa es clara, para el médico la “debilidad en la justicia”, colabora para la impunidad, ya que en muchos de los procesos, los abogados consiguen un artificio legal para que en vez de la pena privativa de libertad, el infractor acceda a medidas sustitutivas como el trabajo comunitario. “No hay peritos que con argumentos técnicos y científicos ayuden a certificar un delito”, manifestó.
Según el ambientalista Juan Carlos Álvarez más que un problema judicial es un tema de educación, ya que la sociedad en general no está preparada para una convivencia armónica y respetuosa con otras especies.
“Esto es muy simple: a los animales de compañía se los mantiene en casa con los cuidados necesarios, mientras que a los silvestre no se los toca y se los deja en su hábitat”, detalla.
Ortega y Álvarez coinciden en que este tipo de delitos son muy comunes, especialmente en la provincias fronterizas del país.