Ocho de la mañana del 27 de octubre: decenas de barrios de Quito tuvieron el primer apagón anunciado por el Gobierno Nacional. En las calles, los ciudadanos 'toreaban' a los vehículos por la falta de semáforos.

En la calle Vargas, centro de Quito, un grupo de señoras tuvo que pararse en medio de la calzada para pedir a los conductores que les den paso a ellas y a dos ancianos. Estas escenas se evidenciaron a pesar de que la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) emitiera un comunicado en el que se comprometía en garantizar la circulación de la ciudadanía.

En la intersección con la Julio Matovelle, dos conductores estuvieron a punto de golpearse porque cruzaron al mismo tiempo, porque el semáforo estaba apagado,  y quedaron a un 'pelito' de chocarse.

En los negocios también hubo caos. Patricia Simueza tuvo que suspender la producción de panes, por los menos unas 200 unidades, por el corte de luz. "Se puede hacer por la noche, pero hay que tener los panes del día, a la gente no le gusta guardado", dijo a EXTRA. En la mesa de la trastienda quedó la masa con la que se iban a hacer más panes. "No se cuánto puede aguantar porque esto también se pasa", explicó.

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Los cocineros de los restaurantes tuvieron que levantarse más temprano en la madrugada para usar aparatos como las licuadoras. "Ahorita ya solo quedó el trabajo manual como la picada de cebollas", comentó Nilo Lima. Esta actividad la realizaron con las linternas de los celulares. "Hasta que aguanten las baterías", bromeaban sus ayudantes.

Sin embargo, la preocupación más grande de Nilo es la refrigeración de los mariscos, pues son productos sensibles que necesitan estar lo más frescos posibles. "No se pueden congelar y descongelar. Alguien puede intoxicarse", reclamó.

Sergio Escobar tiene un negocio de lámparas y focos desde hace 50 años y cree que especialmente se verá afectado a largo plazo. "Si no hay luz no hay lámparas ni focos", aseveró.

No solo eso, para vender sus productos necesita de energía eléctrica, pues los clientes piden probarlos. Durante la mañana de ayer no vendió ni uno. Otra de las preocupaciones es que sin luz no se podrá emitir las facturas electrónicas. "Parece que no vieron las implicaciones de cortar así la luz. Todos los negocios estamos en peligro", reclamó.

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