En un encuentro con dirigentes barriales y representantes de organizaciones sociales en la ciudadela Ferroviaria, en Guayaquil, el alcalde Aquiles Álvarez lanzó duras críticas al Gobierno central, encabezado por Daniel Noboa, y pidió replantear la estrategia política de su sector. La cita, realizada la noche del miércoles 13 de agosto de 2025, se convirtió en un espacio para combinar autocrítica, advertencias electorales y un mensaje de cercanía con la clase trabajadora.

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Álvarez advirtió sobre el riesgo de confiar únicamente en el llamado “voto duro” y señaló que la inversión en desinformación es “multimillonaria”, llegando a convencer incluso a quienes padecen directamente las carencias denunciadas. “Hay gente que no analiza, incluso sufriéndola”, afirmó, citando como ejemplo el cierre de un local de comidas en la zona, cuyo propietario, pese a las dificultades, mantenía simpatías con sectores que, según él, no resuelven los problemas de la ciudadanía.

"Nos persiguen a quienes sí trabajamos"

El alcalde insistió en la necesidad de “abrir la capacidad de análisis” del electorado y reconstruir el tejido social para recuperar la conciencia política que, a su juicio, el pueblo tuvo en el pasado. “Ese voto duro, si no trabajamos, cada vez va a ser más chiquito”, advirtió.

Durante su intervención, Álvarez describió un panorama crítico para el país: “No hay salud, no hay trabajo, no hay seguridad, no hay educación. Nos persiguen a los que sí trabajamos”. Para reforzar su vínculo con la ciudadanía, se definió como parte de la “clase obrera” y compartió una vivencia personal: “Yo sí he ido a comprar un dólar de huevo y que me fíen la cola”, contrastando su experiencia con la de líderes que, según él, nunca han atravesado necesidades similares.

El alcalde también asumió parte de la responsabilidad de su movimiento en la falta de preparación política y recalcó que su prioridad es que “el pueblo gobierne para el pueblo”, sin dejar de lado a los empresarios. Recordó su trayectoria en la empresa privada y su compromiso con la generación de empleo, aunque mencionó que mantiene negocios cerrados desde hace un año.

Álvarez subrayó que su postura no responde a divisiones entre “correísmo” y “anticorreísmo”, sino a la convicción de que el liderazgo debe provenir de quienes conocen en carne propia las dificultades que vive la mayoría de ecuatorianos.

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