Una fuente de terror donde el agua, que más bien parece sangre, sale por las cuencas de los ojos de tres cráneos. Unos jarros con aspecto de zombis. Lámparas que terminan con un cráneo donde se coloca el foco. Adornos extrañísimos con cabezas de chivos, vacas, perros, gatos o de caballos. Un aire de misterio rodea a las obras que el chileno Michael Bulicic realiza.

Desde Santiago, la capital del país del sur, Bulicic le cuenta a EXTRA que, de sus 40 años de vida, lleva algo más de 20 trabajando con huesos de animales y de personas fallecidas. Esto último, admite, es algo ilegal y por eso dejó de hacerlo hace ya buen tiempo.

.“Claramente era ilegal, pero así fue como empecé. Hice cáliz con cráneos reales, pero después comencé a trabajar con réplicas o con huesos de animales”, precisa.En cuanto a crear obras con cenizas, acepta que “ese es otro tema, pero se requiere dejar por fuera los prejuicios. Se puede mezclar cenizas con resina y hacer unas obras. Lo hice con cenizas de animales algunas veces, aunque ahora mis obras van más por el lado de lo místico”, precisa.

Entre sus más raras creaciones está una extraño ser con cuerpo de persona y cabeza de chivo, en el que resalta un falo. “Me lo pidieron personas vinculadas a una secta relacionada con cultos al sexo”, cuenta, “porque en gustos, en esto de las obras, los hay de todo”, sentencia el escultor chileno.