La Asamblea Nacional de Ecuador destituyó hoy al fiscal general del Estado, Carlos Baca, tras un juicio político de censura, en que el pleno del Legislativo debatió sobre un supuesto incumplimiento de funciones del hasta ahora jefe del Ministerio Público.

Con el voto afirmativo de 128 legisladores, de 131 presentes en el pleno de la Asamblea, Baca fue destituido tras una maratoniana sesión que se extendió por más de diez horas, cuatro de ellas utilizadas en la lectura de un informe de la Comisión legislativa de Fiscalización.

Sólo tres legisladores se abstuvieron de aprobar la moción de censura, en la que se acusaba a Baca de incumplimiento de funciones, aunque también se recordó una supuesta afinidad con el expresidente Rafael Correa, cuya administración (2007-2017) ha sido fuertemente criticada por la oposición de derecha.

“Vengo a cumplir con mi obligación como fiscal y, principalmente como ciudadano, de defender estos once meses de gestión”, dijo Baca quien se retractó de acusar a legisladores, como había insinuado la víspera.

Los legisladores Henry Cucalón, del derechista Partido Social Cristiano, y César Carrión, del centroderechista movimiento CREO, interpelaron a Baca por un supuesto incumplimiento de funciones y se prevé que hoy mismo el pleno de la Asamblea vote una moción de censura.

El juicio político contra el fiscal fue definido el pasado 9 de marzo, día en el que el Parlamento destituyó a su entonces presidente, José Serrano, quien mantuvo un duro enfrentamiento verbal con Baca.

El fiscal difundió, en una rueda de prensa, una grabación de audio que comprometía a Serrano en una supuesta conspiración para deshacerse del jefe del Ministerio Público.

En dicha grabación se escuchaba a Serrano hablar con el excontralor Carlos Pólit -requerido por la justicia por presunta corrupción- sobre la posibilidad de deshacerse de Baca.

Serrano admitió que cometió un error al hablar con el excontralor Pólit (acusado en la trama de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht), pero dijo que lo hizo sobre la base de que le había ofrecido información relevante sobre casos de corrupción que supuestamente salpicaban al fiscal.

Ahora, Baca dijo que su error fue convocar a una rueda de prensa para difundir ese audio, pero pidió a los asambleístas que le comprendieran, ya que allí se escuchaba un complot para “bajarse” al fiscal, lo que podría suponer cualquier cosa.

Defendió su gestión y destacó la implementación de estrategias para fortalecer el trabajo de la Fiscalía, con la creación de unidades especializadas en la investigación de delitos financieros, de lavado de activos, así como de delincuencia organizada.

Informó del incremento en el número de fiscales, pues dijo que “no es lo mismo atender las demandas de la ciudadanía con cuatro fiscales por cada 100.000 habitantes, que con ocho”.

Asimismo, se refirió a la situación de inseguridad que se vive en la frontera del país con Colombia, por la actuación de grupos armados relacionados con el narcotráfico.

Remarcó sobre la actuación fiscal sobre varios hechos violentos como la muerte por atentados con explosivos de cuatro soldados, el asesinato de tres integrantes de un grupo de prensa del diario El Comercio y del secuestro de una pareja de ecuatorianos, que aún permanecen en cautiverio.

Las autoridades identifican a un sujeto conocido con el alias de Guacho como el responsable de esos y otros delitos en la zona fronteriza y que pertenece a un grupo armado disidente de la exguerrilla colombiana FARC.

Baca reclamó unidad de los ecuatorianos y una solución integral para afrontar el ambiente de inseguridad en la zona fronteriza, pero señaló que se refería a ese tema porque intuía su destitución como fiscal.

Baca aseguró que “nadie es imprescindible” y dijo que si se da su destitución, abandonará la Fiscalía con la seguridad de que cumplió con su deber.