La gobernabilidad está en veremos, pues la flamante Asamblea Nacional empezó su período con gritos y gestos de confrontación entre las bancadas de Acción Democrática Nacional (ADN) y Revolución Ciudadana (RC). Ni siquiera había empezado formalmente la sesión inaugural cuando desde las curules de RC resonó un sonoro: “¡Traidora!”, dirigido a la legisladora Mónica Salazar, quien renunció a dicho partido hace unas semanas y que, para rematar, fue elegida para conformar la comisión de verificación de documentos de los 151 asambleístas.

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- “Señor secretario, lea, por favor, por qué partido fue elegida la asambleísta Salazar”, espetó Anabella Azín, la asambleísta más votada con 3,9 millones de sufragios.

- “Por la Revolución Ciudadana”, respondió el secretario.

Este procedimiento no tenía nada que ver con las subsiguientes votaciones, ni implicaba un cambio en el rumbo del Legislativo. Salazar y cuatro ‘honorables’ más solo debían revisar los papeles de los asambleístas electos. ¡Pero el relajo no faltó!

Un Ricardo Patiño sin protagonismo

Los legisladores comenzaron a llegar desde las 09:00. Primero ingresó la bancada de ADN con Niels Olsen a la cabeza (como si se tratara de un mensaje de su elección como presidente de la Asamblea) para rendir honores a las banderas ecuatoriana y de la Asamblea. 

Figuras del oficialismo, como las hermanas Paola y Lucía Jaramillo, Esteban Torres, Diana Jácome y Valentina Centeno, saludaron y desfilaron. Todo esto mientras los empleados del Legislativo se apostaban en las ventanas para ver pasar a los legisladores que deambularán por esos pasillos durante los próximos cuatro años.

La bancada de la Revolución Ciudadana también llegó en grupo, con Viviana Veloz (anterior presidenta de la Asamblea) a la cabeza. Allí, casi en la última fila, estuvo Ricardo Patiño, quien durante el régimen correísta se desempeñó como canciller y ministro de Defensa. Al final, Anabella Azín (ADN), Alfredo Serrano (PSC) y Raúl Chávez (RC RETO) llegaron con honores, pues fueron los más votados del país y presidieron la primera sesión.

Anabella Azín estuvo vigilante de los votos

Tras los primeros traspiés en el pleno, Valentina Centeno mocionó a Niels Olsen para la presidencia. La propuesta se sometió a votación y alcanzó 80 votos a favor, que llegaron con algo de suspenso, pues los últimos se sumaron a cuentagotas: 75, 76… hasta llegar a 80. Al final, hubo alivio en la bancada oficialista, que celebró como si se tratara de un campeonato de fútbol: alzaron las manos, gritaron, se abrazaron en grupo. Excepto Esteban Torres, quien observó a la distancia, serio, la alegría de sus compañeros de partido.

Para las siguientes votaciones, Anabella Azín (quien también es madre del presidente de la República, Daniel Noboa) pasó por cada curul de ADN para constatar que en cada pantalla se reflejara la palabra “sí”, en color verde. ¿Será que quien manda es mamá y no el presidente?

La primera vicepresidencia también se la llevó ADN, con la designación de Mishelle Mancheno Dávila. El logro no fue tan celebrado como el de Olsen, pero las sonrisas de los legisladores no podían ocultar la alegría de hacerse con los primeros cargos del Legislativo.

Se realizaron dos votaciones más que no lograron concretar al segundo vicepresidente: los números no alcanzaban. Ante esto, Olsen (ya posesionado y juramentado en su cargo) suspendió la sesión. Había que buscar acuerdos, pues Pachakutik no lograba convencer ni con José Luis Nango ni con Carmen Tiupul. Dos horas debieron pasar (quizás ya tras almorzar y con los acuerdos recién salidos del horno) para que el pleno aprobara la moción de Tiupul.

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