En el barrio Miñarica II, al sur de Ambato, la violencia tocó la puerta de la forma más cruel. El profesor Mario Gutiérrez Espín, de 77 años, fue hallado sin vida dentro de su habitación el pasado domingo 27 de julio. Su cuerpo tenía signos de violencia: un pie semiamarrado, un fuerte golpe en la cabeza y una toalla enrollada en el cuello, de acuerdo con el informe policial.

La escena fue descubierta cuando una de sus clientas acudió a su domicilio para presuntamente pagarle una deuda por calzado. Al no recibir respuesta, buscó a la dueña de casa y ambas decidieron entrar.

La puerta estaba entreabierta. Llamaron varias veces, sin respuesta. Al ingresar, el cuarto estaba completamente desordenado. Lo que vieron las dejó sin aliento: el profe Mario yacía en el suelo, ya sin vida.

Después de jubilarse se dedicó al comercio

Mario era oriundo de Guaranda, y durante años fue rector del Colegio San Lorenzo. Tras su jubilación, se mudó a Ambato, donde se dedicó a vender zapatos, perfumes y diversa mercadería.

Era conocido por su amabilidad, puntualidad y por integrarse con alegría a las actividades del barrio. “Era una buena persona, incapaz de hacerle daño a nadie”, dice Rosa Aguirre, vecina y amiga por más de 20 años.

Rosa no oculta su dolor ni sus sospechas: “Parece que alguien que le debía dinero no quiso pagarle… y le pagó con la muerte”. Lo que más la indigna es la forma en que murió: “Lo mataron como a un desconocido, eso nos conmueve”, lamentó la amiga.

Buscan pistas del sospechoso

La Policía Nacional llegó al lugar y activó el protocolo de investigación por muerte violenta. Personal de la Dinased este lunes 28, recorrió el sector buscando más pistas. Se presume que el crimen pudo estar motivado por un robo o un ajuste personal.

Los vecinos no salen de su asombro. “Si a Mario le hicieron esto, ¿qué nos espera al resto?”, se pregunta don Luis, otro vecino que lo recuerda como alguien siempre alegre.

El crimen ha encendido las alarmas en Miñarica II. Exigen justicia y dicen que el barrio ha cambiado, que ya no es tan seguro como antes. Mientras tanto la pregunta sigue en el aire: ¿Quién mató al profesor Mario?

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