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Ayuda para Zoilita: Sus insumos médicos son costosos y la familia necesita dinero

Zoila Azán, de 49 años, sufrió un derrame cerebral que la dejó postrada. Ahora, su familia se encarga de cuidarla y cubrir sus gastos, pero no les alcanza. Necesitan su ayuda

AYUDA SOCIAL
Su tía Leonor la mima como a una pequeña niña, pues creció con ella y sus otros dos sobrinos.AMELIA ANDRADE

A Zoilita Azán Arellano, su tía María Leonor (54) la cuida con cariño. Le dice que la ama y que se recupere rápido para comer las donas que tanto le gustan e ir a ‘vitrinear’, actividad que disfrutaban juntas. Pero ella no le puede responder con el habla, sino solo con gestos. Y lo hace con esfuerzo, apenas lo suficiente para hacerse entender.

“No quiero verte así. Quiero que me hables y me digas qué necesitas”, dice la tía Leíto, como la llamaba de cariño Zoila hasta julio de 2023, desbordando ternura por su sobrina de 49 años.

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Ella no responde porque el 2 de agosto de 2023 sufrió un derrame cerebral hemorrágico mientras se movilizaba con sus hermanos Simón y Xavier, de 46 y 43 años respectivamente, en el vehículo de uno de ellos.

“Regresaban de Milagro (a 48 kilómetros de distancia de Guayaquil) del sepelio de su abuelita paterna. Ellos se dieron cuenta de que algo le pasaba a la ñaña porque empezó a decir cosas que no tenían sentido y cuando la vieron (sentada en la parte trasera del auto), Simón le dio los primeros auxilios y Xavier condujo hasta el hospital al que más rápido podían llegar”, cuenta Leonor.

Luego todo fue confusión para los hermanos y la tía, quienes decidieron no comunicar nada de esto al padre, pues él sufre de párkinson y pensaron que las noticias de la muerte de su madre (abuelita de Zoila) y el derrame cerebral de su hija podrían afectar súbitamente su padecimiento. La madre de Zoila había fallecido en el 2019, a causa de un cáncer.

Si desea contribuir a la causa de Zoilita, puede hacerlo con pañales, cobertores de cama u otros implementos médicos necesarios. Comuníquese al 098-066-0171.

La misma noche que llegó a la clínica privada donde recibió atención a través del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) fue intervenida quirúrgicamente. Sin embargo, pese a eso no les dieron buenas noticias.

“Ella estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) durante 22 días. Y de esos, 17 los pasó en coma inducido. Cuando las noticias mejoraron, los hermanos de Zoilita (como la llaman todos con cariño) prepararon al papá y le contaron lo que había sucedido”.

A partir de esa fecha los gastos en la residencia, que era ocupada solo por Leonor y Zoila, aumentaron de manera drástica. La tía cuenta que solo en las medicinas e implementos que requiere su sobrina se gastan 2.500 dólares mensuales, que logran reunir entre los aportes de Simón, Xavier y ella, además de “bendiciones” que llegan mes a mes.

AYUDA ZOILITA
Las repisas de la habitación de Zoilita antes lucían llenas de dibujos y peluches. Ahora, en ellas reposan medicamentos.AMELIA ANDRADE

“Las terapias nos las donan. Algún familiar algo nos da para Zoilita, ya sea uno de los suplementos nutricionales en polvo, pañales o alguna cosa. La cama que tenemos (especial para la condición de ella) es prestada y así un sinnúmero de cosas”, menciona.

A todos los gastos se debe sumar la cuota del hospital, pues el Seguro Social no cubrió todo lo que ella requirió en sus días internada.

Según Leonor, los doctores aseguran que el derrame cerebral de Zoilita no tiene nada que ver con su antiguo padecimiento.

A pesar de las preocupaciones por el dinero, Zoila les regala muchas sonrisas a sus allegados. Los mira con ternura y sabe que están presentes para atenderla, así como lo hicieron cuando ella era niña y les notificaron que tenía cáncer.

“Ella es una guerrera. Su historia de lucha es única. Dios la ha levantado de todo”, enfatiza Leonor. Desde que Zoila tuvo siete años presentó convulsiones. A sus ocho fue diagnosticada con un tumor en su cerebro, que rápidamente fue extirpado en Estados Unidos gracias a la gestión ‘maratónica’ de conocidos. Un candidato al Senado de Estados Unidos donó la cirugía al escuchar que toda una localidad de Nueva Jersey votaría por él.

Luego fue desahuciada y la enviaron “a su país a morir”, porque necesitaba un tratamiento para el cáncer.

“Zoilita es tan bendecida que necesitó de 56 sesiones de radioterapia y el profesional se las ‘regaló’ porque era la única, siendo una niña de ocho años, que no había presentado ninguna complicación o efecto secundario”, rememora Leonor y precisa que su hermana (la mamá de Zoila) viajó a Estados Unidos en 1988 con apenas 2.500 dólares que lograron ahorrar para todo el proceso.

Ahora Zoilita ‘pelea’ una batalla diaria. Intentan darle agua en cucharadas, pues todos los alimentos y líquidos los ingiere a través de sondas. “Tenemos fe en que ella se va a recuperar. Queremos ver a Zoilita como cuando laboraba en el banco” donde trabajó por casi 20 años, finaliza.

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